El incomprendido Audi A2 resucita como eléctrico

En el mundo del motor está de moda traer de vuelta modelos clásicos reconvertidos en coches eléctricos. Renault lleva la voz cantante en esto, pues ya ha resucitado a los Renault 5 y Renault 4, y el próximo será el Twingo; pero hay otras marcas que también se suman a la tendencia, como es el caso de Audi.

Sin embargo, en el caso de la firma germana no es para revivir un modelo contrastado, si no a uno de sus coches más incomprendidos, un vehículo adelantado a su tiempo que no consiguió encontrar su hueco en el mercado: el Audi A2.

Con una longitud de 3,86 metros, se enmarcaba dentro del segmento de los subcompactos, pero tenía un diseño que le situaba en línea con los monovolúmenes. Fue presentado por primera vez en 1999, hace 25 años, y presentaba avances muy interesantes pero que no calaron entre el público.

Así, utilizaba mucho aluminio en su estructura, lo que permitió reducir mucho el peso (había versiones por debajo de los 900 kilos). También se llevó a cabo un importante trabajo aerodinámico (Cx de 0,28) y, combinando ambos factores con motores muy eficientes, conseguía un consumo que se situaba en algunas variantes por debajo de los tres litros cada 100 kilómetros.

Si embargo, todos sus avances implicaron un precio bastante alto, lo que hizo que no rindiera bien a nivel comercial y en 2005 dejó de producirse.

Ahora, los estudiantes de Audi han querido reivindicarlo creando una unidad eléctrica que quizá podría adelantar el futuro del modelo.

Audi A2 e-tron

Ha sido denominado oficialmente como Audi A2 e-tron y se trata de un ejemplar muy respetuoso con el modelo original, pero que lo pone al día con las tendencias actuales.

Su diseño mantiene las principales líneas del A2 de los noventa, pero su carrocería se ha perfilado todavía más atendiendo a las necesidades de un vehículo eléctrico. De esta manera, no hay parrilla al uso, los paneles de la carrocería son superficies limpias y el diseño de las llantas carenadas está centrado en la aerodinámica.

A esto también contribuyen otros aspectos como la ausencia de los tiradores de las puertas o el reemplazo de los retrovisores tradicionales por delgadas cámaras que presentan una menor resistencia al aire.

De su apartado mecánico no se han dado detalles, pero lo interesante de este prototipo es que demuestra que los avances del Audi A2 original tienen mucho sentido aplicados a un coche eléctrico, en el que el peso reducido y la buena aerodinámica son claves para mejorar su autonomía.

A esto se suma el hecho de que el Audi A1 de combustión va a dejar de producirse y no tendrá reemplazo, pero los rumores apuntan a que la firma alemana lanzará un nuevo modelo de acceso, pero eléctrico y que es posible que retome el nombre de A2.