Cada vez son más los nuevos fabricantes que se animan a introducirse en la industria de la automoción apostando por los vehículos eléctricos. Sin embargo, en lugar de optar por automóviles asequibles o generalistas, lo más común son los proyectos basados en SUV de gran potencia o de súpereléctricos deportivos, como es el caso del Drako GTE.
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Es el primer modelo de Drako Motors, en el que la marca ha trabajado durante casi una década y que tiene como base el Fisker Karma original, sobre el que han realizado suficientes modificaciones como para conseguir un carácter y un rendimiento propio.
Aunque no se han desvelado sus dimensiones concretas, es un GT bastante largo y bajo, con una silueta bastante atlética y con detalles que destacan como la enorme parrilla delantera, la correcta integración de sus cuatro puertas o el generoso difusor trasero.
Su mecánica es 100% eléctrica, con un formato que une una batería de 90 kWh con cuatro motores, que gracias a un sistema de vectorización de par es capaz de modificar hasta 1.000 veces por segundo la fuerza asignada a cada rueda, mejorando el comportamiento y la capacidad de respuesta del vehículo. En total entrega 1.200 CV de potencia y un par máximo de 8.800 Nm, suficiente como para alcanzar los 332 km/h de punta, aunque la marca no ha confirmado cuánto tarda en acelerar de 0 a 100 km/h.
Tampoco se ha anunciado su autonomía, aspecto clave en este tipo de modelos, pero sí que el Drako GTE cuenta de serie con un cargador de 15 kW, siendo compatible además con sistemas de carga rápida de hasta 150 kW.
Su producción no será muy extensa, con las proyecciones de la marca situándose en solo 25 unidades, cada una con un precio de 1,25 millones de dólares, unos 1,12 millones de euros al cambio actual.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.