Son muchas las ciudades que, desde hace tiempo, han comenzado una batalla contra la contaminación acústica procedente del tráfico rodado. Lo han hecho instalando radares de ruido, que vigilan los decibelios procedentes de los tubos de escape.
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Los radares de ruido son también conocidos como radares medusa por la forma que tienen. Están equipados con micrófonos para medir el sonido que emite cada vehículo, incluso en condiciones de tráfico denso. También cuentan con cámaras para interceptar la matrícula del vehículo infractor.
Normalmente, están instalados en la parte más elevada de los postes y su radio de acción son las zonas urbanas, donde la velocidad máxima tiene límites bajos de 30-50 km/h.
En esta ocasión no fue un radar el que interceptó al Dodge Charger: fue una patrulla. El conductor sancionado ha explicado en sus redes sociales que mientras estaba detenido en un semáforo en rojo, un coche de la policía se acercó a él y le siguió hasta una gasolinera, donde le dio el alto.
“El policía me dijo que el escape de mi coche hacía demasiado ruido y perturbaba la paz. Intenté explicarle que era un vehículo eléctrico y que no tenía escape ni motor de combustión. Me dijo que no iba a discutir conmigo”, explica.
Un Dodge Charger EV
El vehículo es un Dodge Charger EV, un modelo eléctrico que, efectivamente, carece de escape. Sin embargo, puede hacer ruidos como si lo tuviera: si está en modo de aparcamiento es capaz de acelerar bastante fuerte. También puede producir un sonido de motor falso mientras está en movimiento, pero debe estar en modo deportivo.
El conductor aseguró que no se encontraba en ninguno de los dos modos cuando la policía lo detuvo. Según él, el Dodge Charger EV estaba en modo de conducción automática porque tenía poca batería: esta configuración mantiene los sonidos al mínimo.
A pesar de las explicaciones, según The Drive, el agente le entregó una multa que incluía tres infracciones: silenciador/escape ruidoso, matrículas delanteras y traseras obligatorias y alteración del orden público: molestar/lesionar/poner en peligro la seguridad. El dueño del Dodge Charger EV dice que el ruido fue causado por otro coche que cuando el semáforo se puso en verde, “salió disparado a toda velocidad”.
Estados Unidos y los radares de ruido
Varias ciudades de Estados Unidos han puesto coto a los excesivos niveles de ruido de algunos vehículos. Nueva York, por ejemplo, instaló radares de ruido que se activan cuando un vehículo produce, al menos, 85 decibelios a una distancia de 15 o más metros desde el lugar en el que están instalados. Eligieron esa cifra porque, a partir de ese nivel, el ruido puede producir daños en la audición humana.
Cuando un escape supera los 85 dB, la cámara del radar de sonido hace una fotografía al infractor y emite una multa. La primera vez, es de 800 dólares (720 euros, según el cambio actual), la segunda es de 1.700 (1.530 euros) y la tercera es de 2.700 dólares (2.430 euros).
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.