La idea de un Mini eléctrico no es nueva: en 2008 ya se presentó el Mini E, pero no ha sido hasta este año cuando el fabricante ha afirmado de manera rotunda que en 2019 ya tendrá un modelo 100% eléctrico a la venta. En el Salón de Fráncfort 2017 va a presentar el Mini Electric Concept, un prototipo que, si bien no adelanta nada de su apartado mecánico, sí ofrece una guía de por dónde irá el apartado estético.
La base empleada es la de un Mini de tres puertas convencional, de ahí que las proporciones y su silueta resulten tan familiares. Pero incorpora diversas soluciones propias de este tipo de vehículos: sin motor de combustión las necesidades de refrigeración se reducen drásticamente, lo que lleva a un frontal totalmente carenado que elimina cualquier viso de entradas de aire.
Las llantas, de 19 pulgadas, están impresas en 3D y hechas de fibra, lo que reduce el peso, además de estar cubiertas por una especie de escamas que mejoran la aerodinámica. La combinación cromática escogida, en gris metalizado y amarillo flúor, es similar a la empleada en otros prototipos eléctricos de la marca, aunque difícilmente estará disponible para el modelo de producción.
Del aspecto que más interesa en este caso, el mecánico, no hay ni un solo de dato, lo que no es óbice para que surjan rumores de todo tipo. El que tiene más fuerza apunta a que, aprovechando las sinergias del grupo, utilizaría el conjunto de motor y baterías que ya emplea el BMW i3. De ser así podría beneficiarse hasta de la versión más deportiva del compacto, que llega hasta los 184 CV.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.