¿Qué tiene de especial este Fiat 500 Spiaggina para costar 72.000 euros? 

Los coches clásicos tienen un carisma que los hace especiales, sobre todo entre los más apasionados del motor. Aquellos modelos que están bien cuidados y son particulares por alguna característica pueden alcanzar elevados precios de venta en el mercado. 

También hay empresas que se dedican a customizar vehículos o a renovar modelos antiguos. Es por ejemplo el objetivo de Garage Custom Italia, una compañía que se dedica a reelaborar objetos retro, desde coches hasta lavadoras.

El último de sus proyectos ha sido coger el mítico Fiat 500 Spiaggina y hacer un coche totalmente funcional en 2024, sin perder el aire dolce vita que le caracterizaba cuando salió al mercado en 1958. Como homenaje, Fiat presentó en 2018 una edición especial llamada Spiaggina del 500 moderno, que perdía parte del encanto de este coche de playa. 

Ahora, Garage Custom Italia ha conseguido aunar la nostalgia y la modernidad en este coche. Respetando en absolutamente cada pequeño detalle la esencia del Spiaggina, desde sus asientos mimbre a sus puertas inexistentes, ahora este coche es cero emisiones.

Un Spiaggina de 1958, eléctrico

En lugar del motor tradicional de gasolina, estos mecánicos han colocado un propulsor totalmente eléctrico que homologa hasta 100 kilómetros de autonomía. Este coche cumple todos los requisitos para circular en Alemania y en Italia, por lo que puede ser perfectamente un coche de calle. Eso sí, teniendo siempre en cuenta las limitaciones de la batería.

Entre otras novedades propias del siglo XXI, este coche incorpora conexión ‘bluetooth’, cinturones en los asientos traseros, retrovisor central y un toldo para poder bloquear el sol durante la conducción. 

El coche, que está disponible en la web de Garage Custom en varios colores que evocan claramente a las costas italianas, se puede personalizar desde la base. Esta opción es la más cara, ya que cuesta 72.000 euros. Hay otros modelos ya preparados para comprar con precios entre los 50.000 y los 60.000 euros. Un capricho nada barato.