Tras un 2018 desprovisto de planes estatales que incentivaran la movilidad eléctrica (los vaivenes políticos no ayudaron), este año hay un nuevo paquete de ayudas (Programa MOVES) que se reparten de manera distinta frente a convocatorias anteriores.
Para la compra de vehículos eléctricos (motocicletas, cuadriciclos, turismos, furgonetas y camiones ligeros), a la subvención pública hay que sumar el descuento que está obligado a hacer el fabricante y, además, otra ayuda del Estado que cubre parte de la instalación del punto de recarga (en el plan anterior debía aportarla el concesionario), por lo que la suma puede ser la mayor otorgada hasta el momento en función del tipo de vehículo escogido.
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Otro cambio que favorecerá a los que opten por la movilidad eléctrica este año es que el precio máximo de compra es 8.000 euros superior al anterior en el caso de los turismos y 2.000 euros en el de las motos, lo que facilitará optar por modelos con más autonomía, dado que en este tipo de vehículos su coste depende mucho de la capacidad de la batería. De esta forma, ahora son subvencionables algunos coches capaces de recorrer hasta 350 kilómetros en condiciones reales de uso.
Es obvio que el precio es la primera barrera a franquear para que los modelos impulsados por electricidad se popularicen. Aún así, en los primeros seis meses del año (en parte antes de que se activara el vigente Programa MOVES en el segundo trimestre del año), se vendieron un 131% más de unidades que en el mismo período de 2018. Eso sí, para optar a las ayudas vigentes hay que solicitarlas antes de comprar el vehículo o instalar la infraestructura de recarga. “Eso va en contra de la práctica habitual a la hora de comprar un coche que es dar una señal antes pero, en este caso, hacerlo invalida la ayuda”, advierte Rafael del Río, director técnico de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE), “pero es una condición que impone la Unión Europea”.
Diferencias por comunidades
Además, la concesión de los fondos se ha trasferido a las comunidades autónomas por lo que conviene consultar las condiciones en cada caso ya que pueden variar los porcentajes dedicados a las distintas partidas. “Tienen que seguir las bases pero lo que hacen muchas es recurrir a su presupuesto y añadir cosas”, apunta Del Río. Es el caso de Andalucía, que puede subvencionar hasta el 85% del coste de los sistemas de recarga, o el de Madrid con medidas para startups, taxis, sistemas de recarga para particulares, etcétera.
Del Río llama la atención sobre otra novedad a tener en cuenta: el hecho de que, en el caso de los turismos y furgonetas o camiones ligeros, el comprador debe entregar a cambio otro vehículo que esté a su nombre de más de 10 años o más de siete, respectivamente, algo que para el director técnico de AEDIVE tiene el inconveniente de “dejar fuera a las empresas de renting y una buena parte de los coches de empresa”, de momento el principal segmento para estos productos. “Por eso los anteriores planes se agotaban en apenas 24 horas y este no”, argumenta.
Ayudas para comprar vehículos
Se subvencionan tanto los coches eléctricos puros como los de autonomía extendida, híbridos enchufables y de pila de combustible (se quedan fuera los de gas natural y GLP a menos que sean camiones y furgonetas). Dicho esto, el comprador de una moto eléctrica recibirá 750 euros, hasta 5.500 euros (en función de la autonomía) para vehículos ligeros y hasta 15.000 euros si son camiones y autobuses. A esto hay que sumar los 1.000 euros que descontará el fabricante cuando se trate de turismos y furgonetas. El precio de compra no puede superar los 10.000 euros antes de IVA o IGIC en el caso de las motos eléctricas, 40.000 euros en turismos o 45.000 euros si el comprador es una persona con discapacidad o familia numerosa quienes reciben una ayuda extra de 750 y 500 euros, respectivamente. Por último, si los vehículos adquiridos se destinan al renting, el plazo mínimo del contrato será de dos años y el beneficiario de la ayuda, el usuario final.
Ayudas para instalar puntos de recarga
La ayuda para la instalación de puntos de recarga es del 30% para empresas privadas y del 40% para personas físicas, comunidades de propietarios y entidades públicas sin actividad comercial o mercantil.
Impuesto de matriculación
Este tipo de vehículos no pagan impuesto de circulación. El motivo son las nulas emisiones de dióxido de carbono. “Se trata de un impuesto que, en la actualidad, se calcula en función de las emisiones de C02 combustible, por lo tanto, en estos casos la tributación sería del 0%”, explica Melisa Sáez, abogada de ARAG.
Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM)
Más conocido como impuesto de circulación, se liquida una vez al año durante el tiempo que el vehículo conste dado de alta en tráfico. Su coste puede quedar bonificado hasta un máximo del 75% en función del carburante que consuma el vehículo. “En este caso, habrá que consultar a los ayuntamientos la bonificación que aplica en cada caso, ya que puede variar”, aconseja Sáez.
Impuesto sobre el valor añadido
La compra de un coche siempre va a estar gravada con el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). “En este caso no podemos hablar de ningún beneficio ya que los vehículos eléctricos tributan a un 21%, igual que el resto. No obstante, ya se han hecho peticiones al Ministerio de Industria para rebajar al 10% el tipo impositivo aplicable”, señala la abogada de ARAG. Una de las razones para hacerlo sería estimular aún más las ventas, ya que España está a la cola tanto en eso como en infraestructura. En Noruega, en cambio, existe una exención completa de este impuesto.
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