Las imágenes de la dana que ha devastado zonas de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía han dado la vuelta al mundo por la ferocidad del agua, arrastrando todo a su paso. Una vez que los niveles del líquido elemento han ido descendiendo, han dejado a la vista un desolador panorama en el que el lodo es el protagonista. El fango impregna fachadas de edificios, viviendas, garajes, calles y carreteras.
Poniendo el foco en las vías de circulación, el barro, aparentemente inofensivo, se convierte en un verdadero desafío para cualquier conductor. Su naturaleza viscosa reduce drásticamente la tracción de los neumáticos, haciendo que el vehículo sea más propenso a derrapar o quedarse atascado. La profundidad del barro influye directamente en la dificultad de la maniobra.
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Cuando las ruedas se hunden en el barro, pierden adherencia, aumentando el riesgo de quedar atrapado. Los vehículos 4×4 o con tracción total tienen un mejor comportamiento sobre esta superficie, aunque tampoco evita que puedan quedarse retenidos en los lodazales.
¿Tracción trasera o delantera?
Las diferencias entre tracción delantera o trasera también influye en el comportamiento del vehículo en estas condiciones. Definitivamente, lo ideal para moverse en terrenos fangosos es contar con tracción en las cuatro ruedas. Si se dispone de un vehículo con tracción delantera, al tener el peso del motor sobre las ruedas de tracción, es más fácil dirigirlas en la dirección óptima, ya que según los especialistas resulta más efectivo tirar que empujar.
En el caso de contar con un vehículo de tracción trasera, es recomendable añadir peso en el maletero para aumentar la carga sobre el eje que impulsa el coche. Quienes eligen esta opción sostienen que es más útil al quedar atascado, puesto que, al girar el volante de un lado a otro, las ruedas traseras suelen lograr adherencia y permiten al vehículo salir del barro.
10 consejos para conducir sobre barro
Por tanto, los vehículos de tracción delantera suelen ser más estables al iniciar la marcha en superficies resbaladizas, ya que la fuerza se aplica directamente a las ruedas que dirigen el vehículo. Sin embargo, en pendientes pronunciadas o barro profundo, pueden experimentar dificultades para mantener la tracción. Los de tracción trasera, por su parte, ofrecen una mayor sensación de conexión con la carretera, pero requieren una conducción más precisa para evitar derrapes.
Evitar conducir sobre barro si es posible
El primer consejo es el más predecible. Cualquier conductor debe evitar utilizar un automóvil en zonas embarradas a menos que sea totalmente necesario.
Reducir la velocidad
Al conducir sobre barro, hay que disminuir la velocidad para tratar de mantener el mayor control sobre el vehículo.
Aumentar la distancia de seguridad
Es obligado incrementar la distancia entre con el vehículo que precede para evitar colisiones en caso de frenazos o maniobras inesperadas.
Evitar los frenazos bruscos
Realizar frenadas suaves y progresivas para evitar que las ruedas se bloqueen. Es mejor jugar con las marchas para reducir la velocidad.
Acelerar suavemente
De la misma manera, es necesario acelerar de manera gradual para evitar que las ruedas patinen y se pierda el control del vehículo.
Utilizar marchas bajas
Se hace necesario seleccionar las marchas más bajas (primera o segunda) para obtener mayor tracción y control del vehículo.
Evitar cambios bruscos de dirección
El conductor debe llevar a cabo los cambios de dirección de manera suave y progresiva. Únicamente se debe acelerar cuando las ruedas estén completamente rectas.
Jamás acelerar si las ruedas patinan
Cuando las ruedas del vehículo comienzan a patinar, el conductor debe soltar el acelerador para permitir que los neumáticos recuperen la tracción.
Huir de los surcos y roderas
Se deben de buscar las zonas más compactas y las más altas de la carretera. Los surcos son más húmedos, y por eso cuentan mayor cantidad de fango, haciéndolos más resbaladizos.
Evite acelerar al atascarse
Si el vehículo se ha quedado atascado en el barro, el conductor no debe acelerar, ya que esto solo empeorará la situación.
Conducir una moto en el barro
Aunque no es el vehículo idóneo para conducir sobre el barro, si finalmente no queda más remedio, utilizar una motocicleta requiere hacerlo con la máxima precaución. La moto es mucho más ligera y menos estable que un coche, lo que la hace más susceptible a derrapar. Esta es la mejor manera de afrontar un tramo con barro:
- Mantener el cuerpo relajado y los brazos flexionados: permitirá salvaguardar mejor el control sobre la moto.
- Evitar el freno delantero: el uso excesivo del freno delantero puede provocar que la rueda se bloquee y la moto caída.
- Utiliza marchas bajas y acelerar suavemente: las marchas bajas proporcionan mayor tracción y ayudan a evitar que la rueda trasera patine.
- Mirar hacia dónde se quiere ir: aunque no lo parezca, la mirada guía el movimiento de la moto.
- Utilizar las piernas: en momentos de poca adherencia, colocar los dos pies en el suelo y remar con ellos para mantener la estabilidad.
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