Son muchos los trucos y pillerías que se comentan en el mundo del automóvil para conseguir ahorrar unos euros aquí y allá. Sin embargo, el problema es que algunos de ellos, muchos en realidad, no son de verdad. Por ejemplo: ¿conducir en punto muerto ayuda a ahorrar gasolina?
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La realidad es que no. No tiene ningún sentido circular en punto muerto cuesta abajo (o cuando se está llegando a un semáforo o a un cruce) como medida de ahorro. El motivo es sencillo: cuando el motor no lleva una marcha engranada, necesita inyectar gasolina de manera constante para no calarse, a razón de 0,5 o 0,7 litros por hora.
En cambio, cuando la marcha sí está engranada (en una pendiente descendiente) son las ruedas las que mueven el motor porque este y la transmisión están acoplados: de esta manera no se hace necesario inyectar combustible para que el coche siga en marcha.
Además, por seguridad, nunca se debe circular en punto muerto: el vehículo puede embalarse y hacerse difícil de controlar. Con una marcha metida, el freno motor ayuda a retener el coche e impide que se acelere en exceso.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.