El sistema de control conocido como foto-rojo consiste en la instalación de cámaras en determinados semáforos con el objetivo de verificar si los vehículos se detienen cuando la señal luminosa así lo exige. Dado que la luz ámbar indica la obligación de detenerse, igual que la roja, surge la siguiente duda: ¿también se sanciona en estos casos?
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¿Cómo funcionan las cámaras de los semáforos?
El procedimiento incluye la toma de dos fotografías del vehículo: una antes de la línea de detención y otra una vez que ha cruzado completamente el paso, ambas con el semáforo en rojo. Además, el sistema incorpora una cámara de infrarrojos que permite identificar la matrícula tanto de día como de noche.
Estas cámaras están programadas para activarse únicamente cuando el semáforo se encuentra en fase roja, ya que están conectadas directamente al foco correspondiente. Si la señal está en verde o ámbar, el sistema no entra en acción y, por tanto, no se genera sanción alguna.

En algunas ciudades, como ocurre en Madrid, los agentes de movilidad revisan manualmente todas las posibles infracciones para evitar denuncias dudosas. Sólo tramitan aquellas que incluyen dos imágenes: una antes y otra después de la línea de detención, ambas con el semáforo en rojo. La denuncia debe incorporar esta secuencia fotográfica para que tenga validez legal.
Casos excepcionales
Hay situaciones especiales en las que un vehículo tendrá que saltarse un semáforo en rojo: para dejar paso a una ambulancia o a un vehículo patrulla, por ejemplo. En estos casos tampoco habrá multa.

Como se apuntaba anteriormente, las denuncias se validan una a una por los agentes de movilidad. Si comprueban que un coche se ha saltado un semáforo en rojo para despejar el paso de un vehículo de emergencias, anularán la posible sanción antes de que sea real.
En Madrid, los sistemas de foto-rojo están conectados con el Centro de Gestión de la Movilidad del ayuntamiento. Esto permitirá a la Policía Municipal y a los agentes de movilidad desactivar las cámaras si así lo aconsejan las circunstancias del tráfico.
La multa: 200 euros y cuatro puntos
La infracción por no respetar un semáforo en rojo conlleva una multa de 200 euros y la pérdida de cuatro puntos en el permiso de conducir. No obstante, si el conductor opta por el pronto pago, la cuantía se reduce a 100 euros.
Es importante destacar que la sanción únicamente será válida si se acompaña de las dos fotografías reglamentarias del vehículo, tomadas antes y después de la línea de detención. En ambas debe apreciarse con claridad la matrícula y la señal luminosa en rojo.
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