Los biocombustibles están de moda. No es para menos, ya que podrían llegar a salvar los coches de combustión cuando en 2035 esté prohibida su venta. La apuesta por los combustibles renovables permitiría seguir usando motores térmicos, reduciendo las emisiones contaminantes y cumpliendo así con las directrices de la Unión Europea.
Hay que distinguir entre los combustibles sintéticos o ‘e-fuels’ y los biocombustibles, que son aquellos fabricados a partir de materias orgánicas, como el aceite de cocina. Por el momento, su mayor desventaja es el precio (se estima que, por ejemplo, los e-fuels costarían unos tres euros por litro) y la poca disponibilidad.
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En España ya es posible repostar combustibles renovables. Repsol ha sido la petrolera que ha introducido en sus surtidores un biocombustible para coches de gasolina fabricado a partir de residuos orgánicos. Se comercializa al precio de la gasolina 98 octanos (la más cara) en las estaciones de servicio de esta empresa.
La novedad de esta noticia fue que el biocarburante era apto para coches de gasolina sin tener que realizar modificación alguna, ya que las opciones para vehículos diésel ya están disponibles desde hace pocos años. El precio de esta segunda opción se equipara al del diésel prémium.
Poca disponibilidad de biocombustibles
Eso sí, aunque el precio no llega a los tres euros por litro, la disponibilidad sigue siendo un problema en el sector. Según el último informe publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el diésel renovable se encuentra en unas 60 gasolineras, mientras que la gasolina bio, solo en tres estaciones de servicio en Madrid.
De todas formas, las previsiones vaticinan que a lo largo de este año se ampliarán los puntos donde repostar biocombustibles hasta las 600 estaciones de servicio. No se prevé, por otro lado, que el precio al que se comercialicen baje.
Y es que, como explica la OCU, estos biocarburantes tienen una producción limitada. Al estar elaborados a partir de residuos orgánicos, no es tan sencillo alcanzar los mismos niveles de fabricación que en el caso de los combustibles tradicionales. En resumen, la OCU no considera que estos biocombustibles puedan sustituir, por el momento, el consumo de petróleo en su totalidad.
Sí contaminan
Además, la organización apunta otra desventaja. Pese a que la huella de carbono de estos combustibles se considera cero, sí que producen emisiones durante el uso del coche. La reducción de emisiones en su producción compensa las que se emiten cuando el carburante se quema en el motor, por eso están catalogados como huella de carbono cero.
Sin embargo, repostar este tipo de biocombustibles no contribuirá a reducir la contaminación en las ciudades ni, por lo tanto, las consecuencias nocivas del tráfico urbano sobre la salud de los residentes.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.