A pesar del encarecimiento de los vehículos —tanto nuevos como de segunda mano—, de las estrictas normativas medioambientales, del impulso al transporte público y de la creciente demonización del coche por parte de algunos sectores políticos, los españoles siguen apostando por el automóvil como su medio principal de locomoción.
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Lejos de perder relevancia, el coche se mantiene como un pilar en la vida cotidiana de millones de conductores, que lo valoran no solo por su funcionalidad, sino también por lo que representa: libertad, seguridad y una extensión de su estilo de vida.
Lo cierto, es que el coche se niega a perder protagonismo. Según una encuesta realizada por Prima Seguros en colaboración con Nielsen, el 54,4% de los conductores españoles sigue considerando el coche como una herramienta práctica e indispensable para su vida diaria. Este dato refleja que, pese al crecimiento de alternativas como el transporte público o los servicios de movilidad compartida, el vehículo privado continúa siendo la opción preferida por su comodidad, autonomía y flexibilidad.

Más que un medio de transporte
Pero el coche no solo se valora por su funcionalidad. Para un 17% de los encuestados, representa seguridad y tranquilidad, convirtiéndose en un refugio tanto físico como emocional para ellos y sus familias. En un contexto de incertidumbre social y económica, esta percepción cobra aún más relevancia.

Libertad
El 13,2% de los participantes asocia el coche con libertad e independencia personal. Poder moverse sin horarios ni rutas fijas sigue siendo un valor fundamental. Además, un 8,4% lo ve como una extensión de su personalidad, donde el diseño o las prestaciones del vehículo reflejan su estilo de vida.

Recuerdos
Incluso hay quienes lo consideran un espacio para crear recuerdos. El 6,9% de los encuestados destaca el coche como un lugar donde disfrutar de experiencias personales y familiares, desde viajes hasta conversaciones íntimas o el simple placer de conducir.

Emblema de bienestar
Estos datos muestran cómo la relación de los españoles con su coche ha evolucionado desde lo puramente práctico hacia lo emocional. El coche ya no es solo un medio de transporte: es un símbolo de bienestar, identidad y pertenencia.
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