En muchas ocasiones, al mover el automóvil del lugar en el que se encontraba aparcado, aparece alguna mancha que hace que se enciendan las alarmas. Y algunas advierten de una posible avería, por lo que hay que conocer su composición para saber si hay que acudir inmediatamente al taller más cercano o es algo pasajero.
Entre las más comunes se encuentran el aceite, la gasolina, el líquido refrigerante o el agua, que son los principales fluidos que utilizan los coches para su funcionamiento. Habitualmente, los circuitos donde se localizan estos líquidos suelen ser estancos, por lo que cuando comienzan las fugas, y se filtran por los diferentes espacios hasta el suelo, hay que corroborar o descartar una avería importante.
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Fuga de aceite
Encontrar aceite debajo del vehículo es uno de los problemas más graves a los que un usuario se puede enfrentar. El aceite tiene una función lubricante impidiendo que un gran número de piezas rocen entre ellas y se acaben quebrando por el calor de la fricción.
Uno de los primeros consejos es revisar el nivel de aceite cada poco tiempo y cambiarlo cuando recomienda el fabricante. Tan malo es conducir con el aceite ya añejado como hacerlo sin la cantidad mínima necesaria. El motor acabará sufriendo las consecuencias.
Para diferenciarlas de otros fluidos, las manchas de aceite son de color negro oscuro, similares a la tinta de un bolígrafo, en los motores diésel. El tono es más parduzco, similar al de la miel, en los de gasolina.
Para saber si se está lidiando con aceite, lo mejor, aparte del color, es tocar el charco. Se toma con el dedo índice y se frota contra el pulgar: si presenta un tacto viscoso y grasiento, no cabe duda de que es aceite.
Los sitios más comunes por donde el coche puede expulsar el aceite son:
- Tuerca del desagüe del cárter. Es importante mantener apretada esta pieza si uno mismo realiza el mantenimiento del aceite. Una vez vertido todo el lubricante viejo, hay que volver a poner la junta del tapón de vaciado y apretarla bien para que no pierda.
- Cárter. Esta pieza, al encontrarse en la parte más baja del motor, puede golpearse al pasar badenes o al bajar y subir a los bordillos y se acaba dañando. Es muy habitual que tire aceite por la rotura.
Además, los automóviles también puede perder aceite por los retenes, las juntas la tapa de los balancines o los racores. Ante la pérdida de aceite hay que llevar el vehículo al taller inmediatamente.

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