ITV caducada, pero con cita previa para pasarla: ¿es legal circular así?

Desde 1987, la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un trámite obligatorio para todos los vehículos a motor. Tarde o temprano, todos deben pasar por ella dentro del plazo establecido. Si se supera la fecha límite sin haber realizado la inspección, se puede recibir una multa, incluso si ya se tiene una cita previa programada.

La ITV está regulada por el Real Decreto 920/2017. Según esta normativa, los turismos y motocicletas están exentos durante los primeros cuatro años desde su matriculación, mientras que los ciclomotores de dos ruedas lo están durante tres. Una vez superado ese periodo, la inspección debe realizarse cada dos y a partir de los diez de antigüedad, la revisión pasa a ser anual.

La ley es tajante respecto a los plazos: no se permite circular con la ITV caducada, incluso si ya se ha solicitado una cita para realizarla. En caso de incumplimiento, se considera una infracción grave que conlleva una sanción económica de 200 euros, aunque puede reducirse a 100 euros si se realiza el pago voluntario en el plazo establecido.

La caducidad de la ITV

Es responsabilidad del propietario estar pendiente de la fecha de vencimiento de la ITV. Para facilitarlo, la pegatina que se coloca en el parabrisas indica el mes y año en que debe renovarse. Además, la Dirección General de Tráfico (DGT) puede enviar avisos para recordar este trámite.

Estos avisos se gestionan a través de la aplicación miDGT, donde cada conductor puede consultar los datos de sus vehículos. La app permite recibir notificaciones cuando la ITV está próxima a caducar, ayudando así a evitar despistes.

También hay estaciones de ITV que ofrecen recordatorios personalizados. Pueden hacerlo mediante mensajes de texto, correos electrónicos o incluso cartas, enviadas con antelación suficiente para que el conductor tenga margen para pasar la inspección. Cabe destacar que la ITV puede realizarse hasta 30 días antes de la fecha de vencimiento sin perder días de validez.