Hace un tiempo, la Dirección General de Tráfico (DGT) apostó por la inteligencia artificial para cazar algunas de las infracciones más comunes que cometen los conductores españoles. Para ello, eligió cuidadosamente dónde colocar los radares que equipan esta tecnología.
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Uno de los accidentes que son, cada vez, más frecuentes son las colisiones laterales: en 2021, según datos de la DGT, se produjeron 217 muertes por este tipo de coche. Para vigilar que los conductores respetan la línea continua, Tráfico ha apostado por un sistema de radares que, en realidad, es una combinación de dos cámaras.
La primera lee las matrículas de los vehículos que circulan por el carril de aceleración, mientras que la segunda, ubicada más adelante, graba a quienes se mueven por la parte derecha de la vía principal a la que se incorporan.
El sistema compara las placas. Si identifica a un vehículo que, después de recorrer el tramo de incorporación, se sitúa en la vía principal antes de haber terminado la línea continua, será sancionado.
Cuatro radares que vigilan las líneas continuas
Esas imágenes se envían al Centro de Tratamiento de Denuncias Automáticas: allí las revisan manualmente y tramitan la correspondiente multa de 200 euros, sin retirada de puntos en el carnet de conducir.
De momento, estos ‘radares’ que vigilan la línea continua no son muy numerosos: en España sólo hay cuatro y todos están en el mismo lugar. ¿Cuál es? La Comunidad de Madrid. Concretamente, se ubican en estos puntos:
- A-1: kilómetro 15,95 en sentido decreciente.
- A-2: kilómetro 11,8 en sentido decreciente.
- A-42: kilómetro 16,9 en sentido decreciente.
- A-6: kilómetro 20,2 en sentido decreciente.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.
