Muchos conductores y pasajeros recordarán la imagen de aquellos coches, especialmente en los años 80 y 90, con una tira de goma fijada en la parte inferior del guardabarros trasero, que llegaba a tocar la carretera. Este accesorio generaba curiosidad y preguntas sobre su propósito y utilidad.
Este componente, conocido como cinta feliz, tira antiestática o “cola rutera” en algunos países de habla hispana, tenía una función específica: eliminar las descargas de electricidad estática. La electricidad que se acumulaba en la carrocería del vehículo era conducida por esta tira hacia el suelo, funcionando de manera similar a la toma de tierra de un sistema eléctrico en un edificio, que protege de descargas y mejora la estabilidad de la instalación.
Más información
Goma antiestática
Esta innovación resolvía un problema común en los vehículos de épocas pasadas. Al circular, los vehículos generaban electricidad estática debido al rozamiento con el aire. Esto podía causar pequeñas descargas eléctricas al tocar el auto, una experiencia incómoda y molesta. Además, se comprobó que la acumulación de electricidad estática provocaba fatiga, dolores de cabeza e incluso irritación durante la conducción.
La tira de goma, que mantenía contacto constante con el suelo mientras el vehículo estaba en movimiento, permitía descargar de forma segura la electricidad acumulada en la carrocería. De este modo, se evitaban las molestias para los ocupantes y también se minimizaban las interferencias en los sistemas electrónicos del vehículo, lo que contribuía a un funcionamiento más fiable.
¿Por qué ya no se utilizan?
Con los avances tecnológicos en la industria automotriz, las cintas antiestáticas cayeron en desuso. Las carrocerías modernas tienen menor tendencia a acumular electricidad estática, y los sistemas electrónicos actuales están diseñados para ser más resistentes a las interferencias. Además, las mejoras en la seguridad y los materiales empleados en la fabricación de los autos han hecho innecesario el uso de estas tiras.
No solo los automóviles utilizaron este accesorio. También autobuses y camiones lo incorporaron para disipar la electricidad estática de manera eficiente. En resumen, la tira antiestática fue una solución práctica a un problema común de los vehículos antiguos. Aunque ha quedado obsoleta en los coches modernos, representa un ejemplo de cómo la tecnología evolucionó para ofrecer una mejor experiencia de conducción.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram