Qué es el cómputo de carriles y por qué es tan relevante para evitar multas

No hay dificultad aparente en contar carriles (como mucho, en autopista, del uno al cuatro), pero la numeración esconde sus callejones sin salida.

Qué es el cómputo de carriles y por qué es tan relevante para evitar multas

Si un día un Ayuntamiento decidiera poner en una calle un carril exclusivo para coches de conductores calvos (o aficionados a la marquetería o seguidores de Osasuna), ese carril, a ciertos efectos prácticos, no existiría. 

No se tendría en cuenta en el cómputo de carriles, una cuestión técnica con posibles implicaciones económicas. Ocurre ya en realidad en las ciudades y en las carreteras, en otras circunstancias concretas, y la falta de pericia al contar carriles puede transformarse en una multa. 

Muchos aspirantes a conductor le preguntan a Google qué es el cómputo de carriles, porque a menudo la cuestión aparece en los test de la Dirección General de Tráfico (DGT). Es una pregunta trampa, por descontado. 

No hay dificultad aparente en contar carriles (como mucho, en autopista, del uno al cuatro), pero la numeración esconde sus callejones sin salida: no todos los carriles que aparecen pintados en la calzada cuentan.  

Carriles reservados a ciertos vehículos

Lo dice el código de circulación en el artículo 33: a efectos del uso de carriles, no computan “los reservados a determinados vehículos o a ciertas maniobras”. El exclusivo para bicis o taxis, o aquel otro que solo pueden usar los vehículos de alta ocupación, no se añaden a la suma. O un carril de deceleración en la autovía, por ejemplo. 

Y esta rareza reglamentaria –más allá de los exámenes de la DGT–, cobra especial relevancia en las vías urbanas, ya que la velocidad máxima genérica (que no es siempre de 50 km/h) depende precisamente de esa contabilidad. El Reglamento General de Circulación los establece así:

Velocidad máxima según el número de carriles

Por tanto, sobre la marcha, para saber la velocidad máxima de una calle (si no está especificada por una señal), basta con saber contar y conocer la salvedad que marca el código. 

Y así, por ejemplo, una vía de doble sentido con un carril por sentido más un carril bus tiene en total dos carriles. El ejemplo sirve igual si existe un carril añadido para girar a la derecha en un punto concreto o uno para ciclistas. La velocidad máxima será de 30 km/h. 

Si alguien circula a 50 km/h creyendo que lo hace bien, recibirá una multa de 100 euros, sin pérdida de puntos. Si circula a 51 km/h, el castigo crecerá: dos puntos y 300 euros. Y así la multa irá aumentando: en el peor de los casos, a 81 km/h o más, la sanción será de 600 euros (y seis puntos).

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Sergio Amadoz

Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).

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