El seguro de coche es obligatorio para circular de manera legal. Los hay de varios tipos y no todo el mundo tiene claros cuáles son o cuál tiene que elegir para su automóvil. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hace un repaso por ellos y sus características, para que cada usuario pueda optar por el que mejor se adecúa a sus necesidades.
Seguro mínimo obligatorio
Este tipo de seguro es el mínimo obligatorio legal, cubre lo indispensable y las aseguradoras privadas no lo comercializan. Los ofrece el Consorcio de Compensación de Seguros si antes se ha sido rechazado por escrito por dos compañías distintas.
Es muy limitada, puesto que cubre hasta 15 millones de euros en caso de daños materiales y hasta 70 millones en caso de daños personales. Sin embargo, no cubre al conductor en caso de provocar él el accidente y los daños si el conductor no tiene carné, por mala fe o bajo los efectos de drogas o alcohol.
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Seguro a terceros
Es el más habitual, puesto que su relación precio/coberturas suele ser equilibrado. Incluye la cobertura obligatoria y suma varios añadidos interesantes.
Por un lado, la cobertura de responsabilidad civil, que cubre los daños que causados por el vehículo y amplía la indemnización hasta 50 millones de euros. Por otro, la cobertura de riesgos extraordinarios del Consorcio de Compensación de Seguros. Además, suele incluir por defecto la garantía de asistencia en viaje que, aunque básica, es bastante útil.
Por último, cuenta con protección jurídica que ofrece la defensa penal y la reclamación de daños, con la compañía haciéndose cargo de los gastos que cause dicha reclamación. Si dicha cobertura asciende al menos a 3.000 euros, se puede elegir al abogado de preferencia.
Una modalidad adicional es el denominado seguro a terceros ampliado que, además de lo base, incluye la cobertura a rotura de lunas, incendio y robo. Como no encarece demasiado el coste de contratación, es habitual que los usuarios opten por él.
Seguro a todo riesgo
El seguro a todo riesgo es el más caro, algo que se debe a que cubre los accidentes más frecuentes. Por eso hay que valorar cómo de nuevo es el vehículo y hasta que punto merece la pena estar cubierto de tal manera. Según la OCU, si el automóvil tiene más de cinco años no es rentable y empieza a ser desaconsejable.
A todo lo anterior suma las garantías de daños propios y de riesgo de rotura de lunas, incendio y robo.
Una modalidad de abaratar su coste es el todo riesgo con franquicia, en el que el usuario y la compañía acuerdan un gasto compartido en caso de accidente.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.