La falta de líquido refrigerante hace que el motor se caliente en exceso y puede causar graves averías. Antes de un viaje es muy conveniente controlarlo y, ante cualquier sospecha de fugas (charcos en el suelo o salpicaduras en el interior del motor), habrá que acudir al taller para que revisen el circuito.
También hay que tener en cuenta que el líquido refrigerante tiene fecha de caducidad y ha de renovarse para que no pierda sus propiedades. Es una operación de mantenimiento que suele realizarse cada 50.000 kilómetros o al cabo de tres años.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram
Cuidado con este error que cometen millones de conductores: si arrancas el coche así en verano, lo estás destrozando