No es tiempo de alergias, pero sí de gripe y coronavirus: en las últimas semanas, en España, se ha registrado un fuerte aumento de casos. Teniendo en cuenta que algunos antihistamínicos se emplean en la cura de estos procesos, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿son seguros para la conducción?
Los antihistamínicos, informa la Organización de Consumidores y Usuarios, pueden ser eficaces para hacer frente a un proceso gripal. ¿La razón? Generan sequedad de la mucosa nasal y esto ayuda con la rinorrea o goteo nasal. Por ello, están presentes en muchos preparados antigripales y anticatarrales. El más empleado es la clorfenamina.
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Son sus posibles consecuencias sobre la capacidad de conducción lo que ha puesto en alerta a los conductores, aunque los antihistamínicos modernos son menos peligrosos que los de primera generación porque provocan menos efectos secundarios. Esta es la respuesta correcta a la pregunta que puede aparecen en el examen teórico sobre la seguridad de estos medicamentos.
La Dirección General de Tráfico (DGT), por su parte, explica que, desde hace unos años, los antihistamínicos incorporan en sus cajas un pictograma que avisa de sus efectos sobre la conducción y los explica en sus prospectos. Cabe recordar que los que usan como principio activo bilastina, ebastina, desloratadina, loratadina y terfenadina no tienen consecuencias al volante.
Los antihistamínicos modernos y la conducción
Se hace especial hincapié en la diferencia entre los antihistamínicos de primera y segunda generación o modernos. Los primeros tienen más efectos secundarios (somnolencia, mareos, sequedad de boca…) porque pasan la barrera hematoencefálica y llegan hasta el sistema nervioso central.
Los segundos tienen una estructura molecular diferente y no entran hasta ese nivel. Así las cosas, provocan menos efectos secundarios y son, por lo tanto, más seguros. Los conductores pueden tomarlos sin miedo a que afecten a su capacidad de conducir.
Eso sí, hay que tener especial cuidado: generan menos consecuencias, pero esto no quiere decir que sean inexistentes. Cabe recordar, además, que los antihistamínicos mezclados con alcohol o drogas sí aumentan el tiempo de reacción y dan pie a que aparezca la somnolencia.
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