Los peajes ‘free flow’ utilizan arcos equipados con cámaras y sensores para identificar a los vehículos que circulan por una autopista y efectuar el correspondiente cobro. Al no tener barreras de pago, mejoran la fluidez del tráfico.
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Son varios los países europeos que han apostado por los peajes ‘free flow’: Portugal e Italia son dos ejemplos de ello. Ha sido precisamente en el segundo de ellos donde un ciudadano suizo ha vivido una situación de lo más pintoresca: le reclaman un pago irrisorio por algo que ocurrió hace varios años.
Tal y como informa Le Matin, el protagonista de esta historia viajó a Italia en agosto de 2018: recorrió la zona de Varese, el Lago Maggiore y el de Lugano. Siete años después, ha recibido un recuerdo de aquellas vacaciones: nada tiene que ver con los tradicionales imanes.

Pagar un peaje de hace siete años
En algunos tramos de las autopistas del norte de Italia, los peajes son ‘free flow’ desde 2015. Hay carteles que informan a los conductores de que deben registrarse en la web de la Autopista Pedemontana Lombarda para pagar las tarifas. Algo que deben hacer en las dos semanas posteriores a su paso por el arco.
Si alguien ha pensado que, al cabo del tiempo, Italia se olvidaría de los peajes impagados… está equivocado. El conductor suizo no pagó la tarifa correspondiente a un tramo de la A60, cerca de Varese.
Siete años después, llegó a su casa una carta de Autostrada Pedemontana Lombarda avisándole del incumplimiento del peaje. La misiva estaba firmada por una agencia de cobro autorizada: Bestione Rischi Surl.

El importe del peaje: una cifra inesperada
Con todo lujo de detalles, informaban al conductor de su infracción y adjuntaban un resumen detallado del importe pendiente que el conductor suizo debía a la empresa. Por supuesto, le exigían que pagase el peaje: concretamente, 1,05 euros.
Esta pequeña cifra, sin embargo, no era el importe total. Había que sumar unos cuantos gastos adicionales de 8,39 euros. Al menos, la Autopista Pedemontana Lombarda no aplicó ningún interés.
La Federación Francófona de Consumidores (FRC) ha aprovechado este caso para lanzar un aviso: “Si un conductor no paga su multa a las autoridades italianas, se arriesga a que su vehículo sea confiscado en caso de control durante una futura estancia en Italia. También a enfrentarse a sanciones y costes aún mayores”.
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