Ola de frío: el peligro de conducir con nieve o hielo sobre el coche

La ola de frío que asola España tiene como resultado que, cada mañana, cientos de miles de coches se despierten con una capa de hielo por encima o, en mayores altitudes, con nieve, que puede acabar congelándose. Conducir con ello encima es bastante peligroso, por más motivos de los que se puede imaginar en primera instancia.

Cualquier conductor ha tenido que enfrentarse alguna vez en su vida a un parabrisas congelado que impide ver lo que ocurre en la carretera.

Lidiar con ello es algo que se puede hacer de diversas maneras. A modo preventivo hay quien coloca una funda o cartones sobre el cristal, pero, para quien no sea previsor, es posible utilizar el sistema de calefacción del parabrisas o, de manera casera, aplicar una solución que combine agua y alcohol.

Lo que nunca hay que hacer es echar agua caliente sobre la zona, puesto que el contraste térmico puede hacer que el parabrisas se agriete.

Una vez se haya ablandado el hielo, se puede rematar la faena utilizando una rasqueta o, en su defecto, una tarjeta de plástico duro.

Sin embargo, el hielo o nieve acumulados en el parabrisas no son los únicos que pueden resultar peligrosos, lo que haya en el techo también lo es, pero para otros usuarios de la carretera.

Este vídeo es un claro ejemplo de lo que puede pasar:

Y es que, aunque en un primer momento el bloque de nieve solidificada o el hielo estén anclados al techo, cuando el vehículo se pone en movimiento factores como el calor generado, las vibraciones propias de la conducción o la acción del viento en contra pueden hacer que se suelte.

Ya simplemente el hecho de que se desprenda por detrás del automóvil es un peligro, puesto que dejará la calzada ocupada con bloques contra los que pueden chocar coches o motocicletas. Sin embargo, es todavía más peligroso si al hacer efecto vela el hielo sale volando, puesto que puede impactar contra vehículos que vengan de frente y provocar accidentes graves.