Las pastillas de freno de los automóviles, con un uso normal del vehículo, duran por lo general alrededor de 50.000 kilómetros. Pero habrá que cambiarlas en cuanto lleguen a su límite aconsejado de desgaste.
Y hay varios síntomas que anuncian el momento de reponerlas llegará cuando aparezca cualquiera de estos síntomas: que se encienda el testigo de los frenos en el cuadro de mandos del vehículo, cuando el nivel de líquido de frenos baje de forma significativa (algunos coches también llevan un testigo que lo indica) y, lo más eficaz, cuando el grosor del material está llegando al mínimo recomendable. Se puede verificar con medidores específicos para esta tarea, a la venta por diez euros o menos.
¿Cuándo hay que cambiar las pastillas de freno?
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Lo mejor será, sin embargo, acudir periódicamente al taller a realizar una revisión general, por ejemplo una vez al año. Los especialistas comunicarán las operaciones de mantenimiento necesarias, entre ellas cuándo habrá que cambiar las pastillas de freno. En las ruedas delanteras, en las traseras o en todas.
La composición de las pastillas puede ser de diferentes materiales, de los que dependerán sus características, duración y precio.
- Semimetálicas: las más utilizadas y asequibles.
- Orgánicas: más caras, pero más eficaces en general, aunque duran menos.
- Metálicas: son las que más duran.
- Cerámicas: las más eficaces, porque se calientan menos con el uso intensivo, pero también las más caras. Las suelen llevar coches deportivos.
Cuánto cuesta cambiar las pastillas de freno
Por lo general, el precio de un juego de pastillas oscila entre los 10 y 60 euros, aunque en el caso de automóviles de gama alta o deportivos pueden llegar a costar más del doble.
Y aunque el cambio de las desgastadas por unas nuevas no es una operación complicada para quien tenga conocimientos de mecánica, por su trascendencia en la seguridad del vehículo es aconsejable confiarla a un taller profesional.
En este caso, el precio final de la sustitución de un juego de pastillas delanteras (las traseras son un poco más baratas) suele estar comprendido entre los 60 y los 200 euros, dependiendo del tipo de taller y el modelo de coche en cuestión.
¿Qué pasa si no se cambian?
Alargar el cambio de pastillas no solamente puede ser peligroso al perder el vehículo eficacia en la frenada. También puede causar daños en el disco, una pieza que será bastante más cara de sustituir.
Y después de cambiar las pastillas, hay que tener especial cuidado porque tardan en asentarse y funcionar con toda su eficacia. Para conseguirlo, habrá que rodarlas durante los primeros 300 kilómetros, evitando exigirles demasiado para que no se calienten en exceso y pierdan parte de sus cualidades a la hora de detener el vehículo.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.