¿Qué batería lleva mi coche?

El fallo o deterioro de la batería es uno de los problemas que más averías provoca en los vehículos, como demuestra el número de asistencias en carretera que exige esta circunstancia. En uso y con un mantenimiento correcto suelen tener una larga vida útil, lo que no evita que llegue el momento de su sustitución.

Si el usuario acude a un taller o centro de automoción para realizar el cambio no existe mayor problema, puesto que sus profesionales se encargarán de elegir la conveniente para el reemplazo. Sin embargo, cada vez son más quienes optan por comprar la batería a través del comercio digital y realizar ellos mismos la operación.

Algunas de estas empresas incluyen, con el servicio de transporte, la instalación, aunque no siempre es así. En este último supuesto, es conveniente conocer qué batería lleva cada modelo, sus dimensiones y características, para pedir así la adecuada y evitar molestias posteriores.

Los siguiente son los datos a tener en cuenta para acertar en la compra de una nueva batería, tanto de coche, como de moto, furgoneta y el resto de los vehículos habituales:

El manual o el capó

En algunas ocasiones identificar la batería es tan sencillo como consultar el manual de usuario del vehículo. Pero no siempre está información es tan clara, ya que se pueden incluir información de varias versiones que confundan al propietario. En ese caso, hay que recurrir al propio coche, localizando la batería, generalmente bajo el capó del motor, aunque en ocasiones puede encontrarse en el maletero o bajo un asiento.

Tecnología de la batería

Una vez localizada la batería, en su superficie aparecen etiquetados para conocer sus características principales. La primera de ella es el tipo, existen diferentes pero las más comunes son dos: las de plomo ácido, que se utilizan en los coches sin sistema de arranque y parada automático, y las AMG o AFB, especiales para los motores con esta funcionalidad de ahorro de combustible y reducción de emisiones.

Tamaño de la batería

Las baterías suelen estar colocadas en una especie de bandeja o zócalo para una correcta fijación que evite se muevan en marcha, aunque algunas se anclan con una especie de abrazadera. En un caso u otro, por una simple cuestión de espacio, hay que saber las dimensiones de la misma (largo, ancho y alto), que se indican en milímetros en una etiqueta. Si ese adhesivo no apareciera o estuviera deteriorado, la mejor solución es medir cada una de sus cotas de extremo a extremo de su volumen.

Arranque en frío

Otro dato a tener en cuenta es la corriente de arranque en frío (CCA), que se refiere a la corriente que la batería puede entregar en un corto periodo de tiempo, unos segundos. Es especialmente importante cuando el vehículo funciona en zonas de bajas temperaturas y suele referirse a los amperios que una batería puede entregar durante medio minuto a unos 18 grados bajo cero. Cuanto mayor llega este dato CCA, más sencillo resultará el arranque en frío.

Voltaje de la batería

Los automóviles convencionales utilizan un batería de 12 voltios, su tensión nominal, así que en este sentido no suele existir demasiada alternativa. Indica la diferencia de potencia entre dos puntos de un conductor, que es importante para soportar la corriente que exigen estos componentes.

Amperaje

El amperaje mide la capacidad que tiene una batería para proporcionar energía durante una descarga. Aparece igualmente en su etiqueta identificativa y se expresa en amperios a la hora. Es un parámetro que varía dependiendo del vehículo en el que se vaya a utilizar, por eso es necesario respetar las indicaciones del fabricante.

Bornes

Por último, al cambiar la batería hay que tener muy en cuenta la posición de los bornes del positivo y negativo, ya que pueden variar de lado dependiendo de su fabricante. Y si se encuentran en la posición contraria a la necesaria, lo más probable es que surjan problemas al conectarla, incluso resute imposible, al ser normalmente justa su longitud.

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