Existen diversos mecanismos y herramientas a disposición de toda la sociedad para colaborar en la lucha contra el machismo y la violencia que sufren las mujeres a diario. Uno de ellos son los llamados puntos violetas, que se pueden encontrar en lugares tan insospechados como las gasolineras y estaciones de servicio.
Los puntos violeta se crean como un lugar al que las mujeres que se encuentren en situación de peligro pueden acudir con la tranquilidad de que van a encontrar una mano amiga que haga lo que pueda por reducir el riesgo.
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Empezaron a utilizarse en fiestas y eventos multitudinarios, pero poco a poco se han ido extendiendo hasta zonas tan comunes como las gasolineras. Desde hace dos años, empresas como Repsol han incorporado estos mecanismos de auxilio y ayuda en sus estaciones de servicio. En este caso, el número de puntos violeta supera los 2.600 repartidos en las 3.300 gasolineras Repsol.
El funcionamiento de los puntos violeta es muy sencillo. La primera y más importante de sus funciones es que identifican el establecimiento como un espacio seguro. Es decir, si una mujer se siente en peligro y quiere pedir ayuda, sabe que en el lugar donde luce la pegatina morada encontrará la asistencia y la ayuda necesarias.
Por otro lado, en el código QR de las pegatinas, el Ministerio de Igualdad pone a disposición un manual sobre cómo identificar un caso de agresión machista o acoso y una guía para que el personal del establecimiento sepa cómo actuar en todo momento.
Cómo identificar los puntos violeta
La ubicación de los puntos violeta se puede consultar a través de esta aplicación con el mismo nombre. También organiza grupos para que las mujeres no vuelvan solas a casa y ayuda a los ayuntamientos y entidades públicas a organizar actividades para concienciar sobre la violencia machista. Para consultar todo lo relacionado con los puntos violeta en gasolineras, Repsol pone a disposición su aplicación Waylet.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.