A la mayoría de los conductores le resulta muy fácil acudir a la inspección técnica de vehículos (ITV), porque por España se reparten más de 400 estaciones de revisión donde cumplir con un trámite obligatorio. Siempre hay una más o menos cerca.
Pero no todos los automovilistas cuentan con esta facilidad, porque hay quien vive siempre más o menos lejos. Y también existen propietarios cuyo vehículo resulta incómodo para recorrer grandes distancias, o exige un esfuerzo por encima de lo recomendable. Puede pasar que concurran las tres circunstancias.
Le sucederá esto a muchos tractoristas, con o sin remolque, y a quienes manejan otras máquinas agrícolas de movimientos aún más torpes. La ITV es igual de incómoda para los vehículos especiales destinados a obras y servicios. Tienen limitada su velocidad y, en algunos casos, la circulación por las vías públicas.
Y lo mismo les pasa, cada dos años, a los propietarios de los ciclomotores, que se exponen a un mayor riesgo si salen a carretera abierta: su velocidad máxima es de 45 km/h y la desprotección frente a otros vehículos grandes, muy patente. En 2021, 16 pilotos de ciclomotor fallecieron en un siniestro en vías interurbanas.
Para estos casos existen las ITV móviles. Se trata de un servicio que ofrecen algunas estaciones y que acerca el procedimiento al ciudadano. Lo aproxima durante unos días para que cualquiera someta a la inspección técnica a su vehículo sin necesidad de realizar grandes desplazamientos. Algunas empresas ofrecen incluso el servicio de ITV a domicilio.
Una ITV itinerante
Como los autobuses de donación de sangre, la ITV móvil suele contar con unidades que van trasladándose de un lugar a otro. Las empresas programan rutas para cubrir las áreas rurales en las que no hay estaciones cerca y por allí pasan unos días.
Cuando la estación itinerante va a acercarse a un pueblo, el procedimiento es el mismo que en una estación fija: se debe confirmar disponibilidad, concertar una cita y acudir a la hora con el vehículo en cuestión.
ITV móviles grandes y pequeñas
Estos centros de inspección rodantes están adaptados a vehículos de casi cualquier condición. Por un lado –explica la patronal de las ITV–, existen unidades grandes para turismos, furgonetas y motos. “Suelen llevar todo el equipo dentro y el acceso inferior se consigue gracias a la elevación del vehículo. El inspector, mediante un sistema de desplazamiento inferior, realiza las comprobaciones que se hacen en el foso de una ITV fija. Son unidades complejas y se suelen dejar varios días en un único lugar”, explica AECA-ITV.
Las unidades móviles más pequeñas se destinan a la inspección de vehículos agrícolas y ciclomotores. En ambos casos, “se comprueban los mismos puntos” que en un centro de ITV normal. Las tarifas tampoco cambian. “Los precios están regulados por la comunidad autónoma y son los mismos que una estación fija”, recuerda la patronal.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).