Un estudio reciente encargado por la filial inglesa de Isuzu, el fabricante japonés de vehículos, ha revelado que el 73% de los conductores británicos sienten preocupación o ansiedad al tener que ponerse tras el volante en invierno, especialmente en condiciones de hielo, nieve o frío extremo. Estas cifras resaltan cómo el clima adverso puede ser un factor determinante en la confianza al volante. Así, las condiciones invernales no solo representan un desafío técnico, sino también emocional para muchos automovilistas en el Reino Unido.
El informe arroja otras cifras sorprendentes. Por ejemplo, muestra que el 68% de los automovilistas entrevistados ha evitado conducir en condiciones de frío o lluvia intensa, ya sea en de forma ocasional o en numerosas ocasiones. Este comportamiento refleja la percepción de peligro que tienen los conductores ante climas extremos, y subraya la necesidad de preparar tanto a los vehículos como a los conductores para afrontar estas situaciones.
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El miedo de los jóvenes conductores
Contrariamente a lo esperado, ya que la juventud suele asociarse con una mayor sensación de invulnerabilidad y una tendencia a tomar más riesgos, los conductores de entre 18 y 29 años, son los que más evitan conducir en invierno (83%). En contraste, el 62% de los mayores de 60 años afirma sentirse más cómodo conduciendo bajo condiciones extremas. Esto probablemente se deba a su mayor experiencia al volante, aunque las preocupaciones siguen siendo generalizadas en todas las edades.
Entre los mayores obstáculos señalados por los conductores están el riesgo de hielo en las carreteras (60%), la lluvia helada y la nieve que dificultan la visibilidad (48%), y el deslumbramiento por culpa del sol bajo (43%). Otros factores, como quedar atrapado en la nieve (40%) o la niebla espesa (39%), también figuran entre las preocupaciones más comunes, haciendo evidente la necesidad de medidas preventivas.
Conducir con seguridad en invierno
Cuando llegan las bajas temperaturas a las carreteras, es fundamental contar con un vehículo preparado para hacer frente a las inclemencias del invierno. Los automóviles ideales para estas condiciones suelen ser aquellos equipados con tracción a las cuatro ruedas o 4×4, lo que proporciona una mayor adherencia en superficies resbaladizas. Además, los neumáticos de invierno con un perfil más profundo y compuestos especiales para bajas temperaturas se hacen imprescindibles para garantizar una frenada segura y una buena tracción.
Otro aspecto a considerar es la electrónica. Sistemas como el control de estabilidad (ESP), el control de tracción o el asistente de arranque en pendiente son de gran ayuda para mantener el control del vehículo en situaciones complicadas. Asimismo, una suficiente altura libre al suelo permitirá superar con mayor facilidad las acumulaciones de nieve y hielo. Algunos modelos de SUV, gracias a su diseño elevado y a las tecnologías mencionadas, se convierten en opciones muy atractivas para los conductores que buscan seguridad y comodidad en los meses más fríos del año.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.