La elección correcta del calzado para conducir un vehículo es un aspecto que, aunque frecuentemente es subestimado, puede tener un impacto significativo en la seguridad. Unos zapatos mal elegidos pueden limitar el control sobre los pedales, dificultar la maniobrabilidad y, en casos extremos, contribuir a tener accidentes. Por ello, los expertos recomiendan prestar especial atención al tipo de calzado que se utiliza, priorizando siempre la funcionalidad sobre la estética.
Un calzado adecuado para la conducción debe cumplir con ciertos requisitos esenciales. La suela debe ser delgada para ofrecer una mejor sensibilidad en los pedales, y el zapato debe ajustarse correctamente al pie para evitar movimientos imprecisos. Además, la ligereza del calzado facilita el control sobre los pedales y un talón redondeado mejora la movilidad del pie, permitiendo un manejo más fluido y seguro.
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La Dirección General de Tráfico (DGT) indica que el calzado ideal para conducir debe ser cómodo, flexible, que sujete el pie y con buen tacto para pisar los pedales con fuerza y precisión. Se deben evitar chanclas y sandalias, zapatos con tacón o rígidos.
Los peligros del calzado inapropiado
Tal y como se acaba de describir, el uso de zapatos sueltos, como sandalias o chancletas, puede ser particularmente peligroso. Este tipo de calzado tiende a deslizarse o desprenderse, lo que puede interferir con la operación de los pedales. De igual manera, los zapatos con mediasuelas gruesas o tacón alto afectan la precisión, disminuyendo la sensación del pedal y alterando el ángulo natural del pie, lo que complica el control total del vehículo.
Mediasuelas muy anchas
El calzado femenino con las mediasuelas muy anchas que tan de moda está actualmente, ya sea en botas o zapatillas deportivas, representa un gran riesgo para la conducción. Ese exagerado tamaño puede provocar que el conductor presione más fuerte los pedales o más de un pedal al mismo tiempo de manera accidental, especialmente en vehículos con la pedalera muy junta. Esto no solo afecta el control del automóvil, sino que también incrementa las posibilidades de sufrir un accidente.
Opciones específicas para la conducción
Para los conductores frecuentes, existen zapatos diseñados específicamente para mejorar la experiencia al volante. Marcas como Sparco y Alpinestars ofrecen modelos que combinan comodidad y seguridad, con características como suelas delgadas y diseños estrechos. Este tipo de calzado, aunque inicialmente creado para deportes de motor, también es ideal para el uso diario gracias a su versatilidad.
Alternativas informales
No es necesario adquirir calzado especializado para conducir de forma segura. Opciones como zapatillas deportivas, mocasines o zapatos náuticos también cumplen con los requisitos de un buen calzado para sentir la conducción. Este tipo de zapatos ofrece comodidad, un ajuste adecuado y una suela flexible, lo que los convierte en elecciones populares entre los conductores.
La importancia de la comodidad
Además de garantizar un control óptimo, el calzado para conducir debe ser lo suficientemente cómodo para viajes largos. Diseños que distribuyen el peso del pie y minimizan la fatiga pueden marcar una diferencia notable. Cabe recordar que, que los zapatos de tacón son una de las peores elecciones para conducir, ya que dificultan la precisión y el control del acelerador y el freno.
Además, la altura del tacón disminuye la sensibilidad en el pie, haciendo más difícil percibir la presión necesaria en los pedales. Esto puede llevar a aceleraciones o frenadas bruscas, resbalones, enganchones en la alfombrilla y movimientos involuntarios, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Una buena elección del calzado, no solo mejora la seguridad, sino también el disfrute al volante.
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