El truco de las naranjas: por qué no hay que aplastarlas al conducir

Los delincuentes son incansables en la búsqueda de fórmulas para propiciar los robos en los vehículos.

Pinchazo

Son frecuentes las advertencias de las fuerzas de seguridad respecto a las tretas que utilizan los delincuentes para tener acceso a vehículos susceptibles de robo, también cuando están circulando. El principio básico de los ladrones es propiciar la parada del coche, si es posible en un lugar poco frecuentado, para de este modo completar su fechoría cuando los afectados salgan del mismo.

El último truco que se ha detectado en diferentes países se refiere a la presencia en calles o carreteras de fruta esparcida por la calzada. Suelen ser naranjas, limones, melocotones o también tubérculos como patatas. Todas ellas con una forma y dimensiones adecuadas para satisfacer las necesidades de los delincuentes.

Esas características permiten ocultar en su interior una pieza metálica y afilada en forma de cruz o directamente clavos con diferente orientación. De este modo, cuando un conductor pasa por encima de una de estas piezas de fruta, voluntaria o accidentalmente, existe una alta probabilidad de que el neumático se pinche. A continuación, se producirá la obligada detención del coche para que su usuario compruebe lo ocurrido.

 Lugares solitarios

Los ladrones suelen recurrir a esta artimaña en carreteras o calles lo menos concurridas posible. Siguen al automóvil pinchado la corta distancia necesaria para que su ocupante sea consciente de la pérdida de presión y se detenga, siendo a partir de entonces presa fácil para sus intenciones.

Desde ese momento, el procedimiento de robo es el habitual en este caso. En principio, los ladrones intentan abrir una puerta del coche y sustraer a toda velocidad los objetos que se encuentren accesibles, principalmente en los asientos, para darse a la fuga a continuación.

También es probable, y mucho más grave, que se enfrenten al conductor y le coaccionen con amenazas para que entregue todos los artículos de valor que tenga en su poder, tanto en el coche como portándolos: relojes, móviles, cartera, dinero, gafas…

Para evitar situaciones de este tipo, probables no solo con esta artimaña sino también con otras muy variadas, resulta aconsejable detenerse, siempre que sea posible, en lugares frecuentados por otras personas. En caso contrario, al bajarse del coche es importante comprobar la ausencia de otros individuos o personas que hagan sospechar al respecto. De ser así, lo mejor es permanecer en su interior y avisar, si llega a ser necesario, a la policía.

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