A simple vista, esta imagen de un gato viajando en el coche con su dueña puede parecer tierna, pero la realidad es que la situación podría derivar en algo grave. El animal aparece en el asiento del copiloto mirando el paisaje y maullando mientras su dueña conduce. Sin embargo, la conductora ha cometido un gran error: no está sujeto.
Más información
Las imágenes, captadas por una cámara desde el interior del vehículo, se hicieron rápidamente virales por este gran detalle. En las respuestas a la publicación de X, muchos usuarios afirman que si la conductora frena bruscamente, el gato podría salir despedido contra el cristal.
Cómo se debe viajar con mascotas
Los animales deben viajar correctamente sujetos y protegidos en un vehículo para evitar cualquier accidente grave. De esta forma, la ley de bienestar animal especifica que durante el viaje debe garantizarse la salud de los animales, su seguridad y la seguridad vial. Además, prohíbe dejar sola a una mascota en un vehículo si la temperatura exterior puede ponerla en peligro, circunstancia que, en algunos casos, se produce con mucha rapidez.
También, el texto indica que el transporte deberá realizarse en “habitáculos adaptados especialmente para ellos”, aunque también abre la posibilidad de que un animal viaje en el mismo espacio que su responsable “sin perjuicio de lo dispuesto en la normativa de seguridad vial”.
Y la ley de tráfico, inespecífica en muchos puntos, sostiene simplemente que el conductor debe asegurarse de que nada ni nadie lo entorpezca ni dificulte su visibilidad. Su obligación, literalmente, es vigilar “la adecuada colocación de objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”.
Cuando se trata de mascotas, eso se traduce en la necesidad de sujetarlos de algún modo. Los análisis científicos certifican que el peso de cualquier animal suelto en el habitáculo se multiplica por 35 en un accidente a 50 km/h, con el evidente riesgo para el resto de los ocupantes del vehículo.
“Los animales que no se llevan de forma adecuada en el vehículo representan un riesgo significativo de lesiones para todos sus ocupantes”, asegura la DGT en su web, y recuerda el peligro de que salgan despedidos en caso de siniestro o frenazo brusco.
El perro o el gato en el asiento delantero
“En una próxima modificación del Reglamente General de Circulación se abordará con mayor detalle el modo en que deben ser transportados los animales domésticos en los vehículos”, anticipa Francisco de las Alas-Pumariño, jefe de la Unidad de Normativa de la DGT.
Hasta que llegue esa regulación, las normas las dicta el sentido común, como la propia DGT recomienda. Los animales deben viajar en transportines de buena calidad o sujetos con arneses suficientemente seguros, y nunca sueltos en el habitáculo ni con la cabeza asomada por la ventanilla.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
