Desastre sin precedentes para BMW Motorrad en Estados Unidos y Canadá

BMW Motorrad, la división de motocicletas del gigante alemán de la automoción, se enfrenta a una crisis sin precedentes en los mercados de Estados Unidos y Canadá. La marca ha decidido, de forma voluntaria, detener la venta de sus productos, nuevos y usados, a través de su red de concesionarios, con excepción hecha del modelo CE 04, completamente eléctrico.

BMW Motorrad España, a pregunta de EL MOTOR, ha confirmado este extremo al remitir al comunicado publicado por BMW de Norteamérica. En él se señala que la marca pretende “garantizar vehículos que cumplan con los más exigentes estándares de la industria”, para lo que realizan “pruebas y evaluaciones constantes”.

“Tras un reciente análisis de calidad, BMW ha decidido tomar medidas para evaluar a fondo el material utilizado en el sistema de evaporación de sus motocicletas, que podría no cumplir con las especificaciones necesarias”, añade este comunicado. Por este motivo, BMW de Norteamérica ha optado por “la suspensión temporal y voluntaria de la venta de todas sus motocicletas, nuevas y usadas, disponibles en los concesionarios, a excepción de la CE 04”.

Por último, la marca intenta lanzar un mensaje tranquilizador a sus clientes: “Esta suspensión temporal no tiene relación con la seguridad y los propietarios de motocicletas BWM pueden seguir utilizándolas con total normalidad”.

Un serio problema

El comunicado de BMW de Norteamérica evidencia que el problema atañe a las emisiones contaminantes, cuyo control se encuentra entre los más exigentes del mundo en los mercados afectados. La radical decisión de la marca de detener la venta en todos sus concesionarios, por tanto, carece de relación con la seguridad de los usuarios; sin embargo, el problema podría venir de las severas sanciones a las que se enfrentaría BMW si las autoridades reguladoras detectan y denuncian la supuesta anomalía.

Ninguna autoridad, por el momento, ha instado a BMW Motorrad a suspender su actividad comercial. La empresa ha preferido anticiparse tanto por responsabilidad propia en una cuestión tan delicada como las emisiones contaminantes, como por las consecuencias legales y económicas que estos casos pueden acarrear: la sombra del Dieselgate de Volkswagen continúa siendo alargada casi una década después de destaparse.

En una explicación simplificada de la función de los sistemas de control de evaporación (EVAP, por sus siglas en inglés) de emisiones es la reducción o eliminación de los vapores de la gasolina en todo su recorrido hasta la combustión. Unas fugas que suceden, principalmente, en el depósito de gasolina y los conductos que la dirigen hasta los sistemas de alimentación, carburadores o mayoritariamente ya inyectores.

El gran riesgo de sistemas con fugas es que llegan con gran rapidez a la atmósfera, ya que la gasolina se evapora con facilidad. Además, una vez en contacto con el aire y la luz, los componentes más ligeros del combustible (como aldehídos, olefinas y parafinas) se convierten en gases contaminantes, con el consiguiente perjuicio para la salud.

Los elementos de una motocicleta que pueden verse afectados por esta carencia son el propio depósito de combustible, su tapón, el separador de líquidos y vapor, el sensor del nivel de combustible o el caniester, un filtro que es pieza clave en los sistemas EVAP puesto que actúa como una esponja para absorber y almacenar los vapores.

Cuando se produce un fallo de EVAP, y por tanto se lanzan a la atmosfera gases del combustible, los ordenadores de diagnóstico de motor pueden arrojar hasta 17 códigos de error, por lo que son fácilmente identificables en una inspección técnica.

Algo bien diferente, y complejo, será localizar el punto exacto de la fuga; el perfecto sellado de todos estos componentes resulta más complicado de lo que pudiera parecer por la elevada volatilidad de la gasolina.