La Zero FX, a prueba: así funciona la moto eléctrica del Seprona

El filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset, principal exponente de la teoría del perspectivismo y de la razón vital e histórica, acuñó una frase que, con el paso de los años, se ha convertido en un mantra para muchos: “Dime cómo te diviertes y te diré quién eres”. No es directamente proporcional, pero las motocicletas son uno de los medios de locomoción más divertidos que existen.

Y para acentuar esa diversión se fabrican modelos como la Zero FX. Una moto que al llegar al destino hace que el conductor se baje con una amplia sonrisa. Siguiendo el pensamiento filosófico, con una Zero FX ha sido más fácil demostrar cómo divertirse.

Energía eléctrica

Electricidad es lo que corre por el interior de este modelo. Y es que la Zero FX es una moto eléctrica. Una endurera sin emisiones desarrollada por Zero Motorcycles. El fabricante estadounidense de motos eléctricas comenzó su andadura en 2006. Su fundador es Neil Saiki, un exingeniero de la NASA (donde trabajo en naves espaciales) y que cambió el espacio por las motos.

En estos años, Zero Motorcycles se ha convertido en uno de los fabricantes de referencia en el mundo de la movilidad eléctrica sobre dos ruedas. Sus baterías son muy avanzadas. Usan una química de última generación en las celdas de iones de litio, con una composición que cambia según la energía, la potencia, la capacidad de voltaje y el rendimiento general.

Además, gracias a sus sistemas avanzados de gestión, cada modelo de su catálogo ofrece una gran autonomía y, sobre todo, ofrecer una mayor longevidad. Con un paquete de baterías estándar se pueden recorrer más de 320.000 kilómetros y seguir reteniendo el 80 % de la capacidad máxima original de las baterías.

A simple vista

La Zero FX es una motocicleta eléctrica que por su aspecto endurero se puede pensar que está destinada a un uso exclusivo en pistas de tierra, caminos y pistas. Pero nada más lejos de la realidad, este modelo se desenvuelve perfectamente en la ciudad e incluso en las carreteras de circunvalación.

Del aspecto exterior destaca el guardabarros de pico de pato que, a diferencia de las motocicletas que montan este elemento, en este caso hace también las veces de guardabarros delantero. Además, dispone de una óptica doble (dos pequeños faros redondos) con tecnología led y una cúpula integrada que encaja perfectamente en la estética de la moto.

Batería

El combustible que alimenta la FX proviene de la energía eléctrica que bombea al motor la batería. La Z-Force 7.2 ofrece una capacidad de batería máxima de 7,2 kWh que se traduce en hasta 146 kilómetros de autonomía en ciudad. En la prueba no llegó a esas cifras. En un entorno urbano se agotaba sobre los 89 kilómetros. Por vías de circunvalación no pasaba de 68 kilómetros.

Como en el resto de modelos de la gama, la batería Z-Force es de las más potentes y con mayor densidad de energía del sector. Está diseñada para ofrecer una larga duración y cuenta con una garantía de cinco años sin límite de kilometraje. Además, incluye el modo de almacenamiento prolongado para optimizar el estado de carga de la batería y mejorar aún más la vida útil a largo plazo.

Cargador

Para devolver la vida a la batería una vez se agota, la marca incluye un cargador de 650 vatios que se conecta a cualquier enchufe doméstico. No se necesita contar con un cargador de pared para ir recargando la FX. Los tiempos de carga (con la potencia media que se tiene contratada en los domicilios) permiten llevar la batería al 100% en unas siete horas.

Evidentemente, también se puede conectar a puntos de carga más rápidos que los domésticos. En este caso, el tiempo se rebaja hasta una hora y media.

Motor

Por su parte, el motor con imanes permanentes interiores (IPM) y refrigerado por aire genera hasta 106 Nm de par motor. Ofrece una aceleración fulgurante, que junto con el frenado regenerativo canaliza la energía de nuevo hasta la batería. De esta manera, sin un pesado y complicado sistema de refrigeración líquida, sitúa a este propulsor sin escobillas como el más eficiente, potente y compacto del sector.

La potencia que entrega son unos nada desdeñables 44 CV (33 kW) a 4.500 rpm. Esto le permite alcanzar los 137 km/h de velocidad punta. Así mismo, no cuenta con ningún tipo de mecanismo clásico de transmisión, esta se hace de forma directa. Su motor está conectado directamente con la rueda trasera mediante una correa de fibra de carbono.

Cuadro de instrumentos

Su aspecto espartano no le permite montar muchos artilugios y dispositivos. Lo único que destaca es una pantalla LCD a todo color de cinco pulgadas donde se informa, entre otras cosas, del modo de conducción seleccionado (Eco/Sport/Custom), velocidad, nivel de carga, potencia de salida o tiempo de recarga previsto.

Por otra parte, también se puede sincronizar la moto con el teléfono móvil del usuario para convertirlo en un cuadro de instrumentos secundario, que asimismo es personalizable, permitiendo, por ejemplo, consultar las estadísticas de cada viaje detalladas.

La moto del Seprona

La Guardia Civil compró unidades de este modelo para el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), y una asociación de agentes comunicó que el chasis de una de sus motos se partió en el servicio diario por las zonas rurales. Nada más lejos de la realidad.

Zero Motorcycles emitió un comunicado que, entre otras cosas, rezaba: “La realidad de lo sucedido es que un agente del Seprona sufrió un accidente de tráfico cuando conducía la Zero FX provocando los daños indicados en el bastidor de la moto”. Nada que ver, por tanto, con defectos de fabricación del vehículo.

Cabe mencionar que durante la prueba, en ningún caso, se hizo un uso de la misma por zonas fuera del asfalto de mucha dificultad. La utilización contó tres vías diferentes: ciudad, carreteras de circunvalación y secundarias y pistas de tierra.

A los mandos

Nada más subirse a la FX se nota que es un modelo muy campero, compacto y estrecho. El asiento es alto y estrecho, las estriberas algo retrasadas, el cuerpo se posiciona hacia delante, cargando el peso en el eje delantero, y los codos abiertos. Una postura de conducción que no llega a ser incómoda en ningún momento. Los primeros metros demuestran que es un torbellino acelerando, incluso con el modo eco engranado.

La circulación por la ciudad sorprende por el estilo de la moto. Un modelo pensado para el campo se comporta estupendamente. La estrechez del conjunto, las aceleraciones y el manillar elevado le permiten zigzaguear entre los atascos y pasar por encima de los retrovisores de los coches. Cierto que no dispone de hueco bajo el asiento u otras comodidades, pero no tiene nada que envidiar a un escúter de rueda alta en su comportamiento ciudadano.

Abandonar la urbe y adentrarse en vías de circunvalación, debido a la justa autonomía, se antoja algo estresante. Pero si el recorrido no llega a los 70 kilómetros, no hay nada que temer. Sin embargo, para evitar sobresaltos, siempre que sea posible realizar cargas intermedias, aunque no sean completas, resulta aconsejable.

En el modo Eco la velocidad máxima está autolimitada a 120 km/h, suficiente para seguir el ritmo de la circulación por autovías. Si se quiere un poco más de velocidad (hasta los 140 de marcador), hay que engranar el modo Sport en el botón de la piña derecha. Aunque para que el sistema lo recoja hay que hacer el cambio de modo por debajo de los 90 km/h.

Por último, la diversión está asegurada si se lleva la FX a pistas de tierra. Es el coto de caza de este modelo, aunque comoya se ha comentado, sorprende el buen funcionamiento fuera de ellas. Lo cierto es que si se busca una moto con la que efectuar salidas campestres sin molestar con el ruido, a paseantes, ciclistas y animales, esta Zero FX es la moto indicada. Incluso, gracias a su chasis y suspensiones se puede practicar enduro ligero con ella. Conociendo que su único problema es la autonomía de sus baterías.

Precio y disponibilidad

La Zero FX se puede adquirir en los concesionarios y distribuidores de la marca repartidos entre la Península, Baleares y Canarias. Su precio es de 15.165 euros, aunque en Canarias es de 13.950 euros.

Así mismo, el fabricante ofrece dos tipos de garantías diferentes. La estándar es la legal de tres años y las del paquete de baterías son cinco años con kilometraje ilimitado.