Vespa 125 Primavera
Soplo de aire fresco. El lanzamiento de la Primavera fue todo un acontecimiento en Italia y luego en el resto de Europa a finales de los sesenta. Se desmarcaba de la estética habitual de estos originales vehículos italianos: era más pequeña, compacta y armoniosa de líneas, con un manejo más fácil gracias a su ligereza y unas prestaciones superiores. Tuvo un éxito sin precedentes entre la juventud de entonces.
Esta nueva 125 es una digna sucesora de aquella. Los diseñadores de Vespa han tirado de ingenio y han dibujado un boceto precioso, dando como resultado un producto atractivo y bien realizado, con unas líneas suaves cargadas de personalidad que entremezclan lo moderno con la imagen original. Recuerda a la Primavera de siempre, pero con un sello innegable de la ultramoderna y admirada 946 actual.
El motor es el moderno monocilíndrico de cuatro tiempos refrigerado por aire con culata de tres válvulas, dos de admisión y una de escape, ya empleado en la LX y LS. Está alimentado por un afinado sistema de inyección electrónico y la bujía ubicada en una posición que optimiza la combustión. Declaran unas cifras de consumos y emisiones realmente bajas, certificando 64 kilómetros por litro a una velocidad de 50 km/h, o, lo que es lo mismo, algo más de litro y medio cada 100 kilómetros. También han trabajado en la fiabilidad, es más silenciosa, y han alargado los intervalos de mantenimiento, que ahora son cada 10.000 kilómetros.
Hemos circulado con la Primavera 125 por pleno centro de Barcelona y ha sido una experiencia muy agradable, la primera impresión nos ha encantado. Tiene un comportamiento dinámico, es muy ágil y se maneja con mucha facilidad. Además hace girar cabezas, pues su imagen desborda estilo y glamour. Cuesta 3.499 euros, y se puede escoger en blanco, rojo, beis, azul y negro.
Además, se ofrece en dos versiones de 50cc con motores de 2T y 4T para poderlas manejar con la licencia de ciclomotor, que cuestan 2.450 euros y 2.649, respectivamente.
Rieju City Line 125
‘Made in Spain’. Rieju es una marca fundada en el año 1934 por los señores Riera y Juanola. Hoy, casi 80 años después, sigue siendo una empresa con capital 100% español. Actualmente es Jordi Riera, nieto del fundador, el que dirige los designios de la marca. Su producción anual es de unos 20.000 vehículos, de los que el 80% van destinados a la exportación. Su producto está presente en más de 32 países.
Rieju tiene las ventajas y los inconvenientes de ser una empresa pequeña dirigida con criterio y un gran sentido de la practicidad. Gracias a eso pueden realizar cambios sobre la marcha y adecuar su producción. Así se han mantenido firmes durante años, superando las cíclicas crisis del sector, resistiendo los ataques de japoneses, taiwaneses, coreanos, chinos…
Ante la actual situación del mercado, apuestan por la consolidación de la gama City Line en el sector del escúter de calidad. Es un vehículo pensado para desplazamientos urbanos, de generoso tamaño, con un diseño frontal de faros grandes e inclinados que transmite elegancia y comedida agresividad. Su línea sigue la moda actual, con un asiento amplio dividido en dos estancias diferenciadas que tapan un hueco en el que caben dos cascos tipo jet (no integrales). La instrumentación es muy completa y detrás del escudo hay una amplia guantera con toma de corriente USB.
En cuanto a la motorización, han recurrido al más moderno y potente de los motores Piaggio actuales. Es muy eficiente, rinde 15 CV, lo que le sitúa en el límite superior de la categoría para poderlo conducir con el carné B de coche. Va alimentado por un ajustado sistema de inyección que consume y contamina muy poco, y su funcionamiento está más que contrastado. En ciudad se comporta bien y resulta muy manejable.
Rieju, gracias a su modo de fabricación, permite que cada usuario se pueda configurar la moto a su gusto a través de un programa de colores y accesorios. También ofrecen un seguro de 91 euros anuales y un sistema de financiación por el que se paga solo 99 euros al mes.
Kawasaki J 300
La deseada. Es la primera incursión de Kawasaki en el mercado europeo del escúter y han elegido la cilindrada de 300cc para iniciarse. Son vehículos capaces de moverse con soltura por ciudad y muy válidos para realizar desplazamientos interurbanos.
Un buen escúter tiene que ser cómodo y práctico, pero para llevar el sello de Kawasaki tiene que tener además diseño y carácter deportivo de la casa. El J 300 es la consecuencia de una aventura conjunta entre Kawasaki y Kymco, fabricante especializado en la construcción de escúteres. Todo el J 300 se fabrica y ensambla en Taiwán, bajo la supervisión técnica de Kawasaki. Y tan seguros están de la calidad conseguida que ofrecen 4 años de garantía total, y no se pierde aunque se cambie de propietario, algo que lo revalorizará en el mercado de segunda mano.
Técnicamente el J 300 está construido a partir del Kymco Gran Dink 300 convenientemente evolucionado, mejorado y rediseñado por Kawasaki. A primera vista resulta atractivo, con un perfil que se reconoce e identifica perfectamente con los rasgos característicos de la marca. El doble faro delantero rasgado, el parabrisas perfilado, las formas del cuadro de instrumentos, el tapizado del asiento en dos alturas. Además, se encuentran detalles de mucha calidad en su pintura, luces traseras de led similares a los modelos Z y los emblemas de la marca en 3D.
Para acentuar su talante deportivo, ha recibido reglajes de suspensión más firmes y la postura de conducción ofrece un nivel superior de sujeción en talones y piernas. El conjunto transmite muy buenas sensaciones en su manejo y control.
Hemos realizado una toma de contacto por los alrededores de Barcelona, pero la realidad es que nos hemos movido un poco por todos los escenarios posibles. Tal como esperábamos, es un escúter bien hecho, cuidado en sus detalles, con carácter marcado y un comportamiento dinámico más que convincente. Técnicamente está a la altura de los mejores de la categoría. Su precio está bien ajustado, 4.399 euros (4.799 con ABS).
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