Probamos la QJ Motor SRT 900 S: potencia, equipamiento y un precio increíble para viajar sin límites

La trail más ambiciosa de la marca china llega con un motor bicilíndrico de 95 CV, más tecnología y varios ADAS que la configuran como una opción muy interesante.

Prueba QJ Motor SRT 900
El aplomo y la nobleza de chasis de esta QJ Motor es muy destacable.

Son las ‘SUV’ de las dos ruedas. Grandes, polivalentes y cómodas. Y ahora en este segmento, el de las grandes trail de media cilindrada, llega otra moto china con unos argumentos incontestables. La QJ Motor SRT 900 S irrumpe con una propuesta atractiva que combina potencia, confort y un diseño robusto pensado para recorrer largas distancias.

Con un motor de 904cc y 95 CV de potencia a 9.000 rpm (y un par de 90 Nm a 6.500 rpm), esta trail no solo promete fuerza suficiente para afrontar cualquier escenario, sino también la suavidad necesaria para convertirse en compañera ideal de los viajes más exigentes.

Motor agradecido

El corazón bicilíndrico en línea refrigerado por líquido, ofrece un empuje progresivo desde bajo régimen, lo que se traduce en una moto fácil de llevar en el día a día, pero con carácter deportivo cuando se estira el puño derecho.

Prueba QJ Motor SRT 900
Robusta ‘SUV’ de dos ruedas. La placa cubre-cárter es un accesorio. La barra que rodea la suspensión es de serie.

Su par motor generoso permite adelantar con seguridad en carretera abierta, mientras que en autopista mantiene cruceros elevados con total estabilidad. En combinación con una caja de cambios de seis velocidades bien escalonada, la experiencia resulta equilibrada y polivalente. Además, el quickshifter bidireccional up & down permite cambios rápidos y precisos sin usar el embrague ni cortar acelerador, mejorando mucho su dinámica en conducción deportiva. Se completa esta transmisión con un embrague antirrebote que minimiza el bloqueo de la rueda trasera en reducciones agresivas, aumentando la estabilidad y tracción en frenadas y curvas.

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Monitor TFT de siete pulgadas que cambia su iluminación automáticamente por la noche.

El único ‘pero’ que le pondría es que a bajas vueltas el motor vibra en exceso, como si incluso se fuera a calar. Unas vibraciones que pueden tornarse desagradables si se mantienen en el tiempo y que nos obligarán a reducir alguna marcha o a aumentar la velocidad para superar ese ‘tramo crítico’ que muestra de 1.500 a 2.5000 rpm aproximadamente.

Un equipamiento sin competencia

Uno de los puntos más destacados de la SRT 900 S es su equipamiento de serie, poco habitual en motos de este rango de precio. Cuenta, por ejemplo, con un conector USB, pantalla TFT a color de siete pulgadas y conectividad ‘mirroring’ por bluetooth (replica tú teléfono móvil), puños calefactables, control de crucero, tres modos de conducción (por cierto, no intercambiables en marcha) y un sistema de iluminación full Led que mejora la visibilidad nocturna. Además, incluye maletas laterales y baúl trasero de serie, lo que refuerza su perfil rutero frente a rivales más caros que suelen ofrecer estos elementos como opcionales.

Prueba QJ Motor SRT 900
Mandos del control de velocidad en la piña izquierda.

En este perfil viajero también puede resultar esencial el control de crucero que mantiene la velocidad de forma automática. Opera entre 65 km/h y aproximadamente 130 km/h, y está disponible en relaciones de 4ª a 6ª marcha. Le cuesta fijar la velocidad unos segundos, pero luego la mantiene perfectamente. Por supuesto, para esos largos viajes en invierno, también tiene puños y asiento calefactables. ¿Qué más se puede pedir?

Mención aparte merece la cámara frontal de grabación permanente en bucle. Y es que grabar, grabará, pero en los días que la hemos tenido no hemos sido capaces de sacar esas imágenes a la app que, en teoría y según la marca, es la adecuada para hacerlo. Suponemos que con algo más de tiempo se pueda. Pero no es fácil y esto lo debería revisar la marca, ya que poner un extra de seguridad tan interesante que no se pueda utilizar… no tiene ningún sentido.

Prueba QJ Motor SRT 900
Cámara frontal de grabación. Todo un lío sacar las imágenes.

Bastante mejor funciona el avisador de vehículo en ángulo muerto, que avisa con luces en los retrovisores y en el cuadro de mandos, hasta con la distancia a la que se encuentra el vehículo en cuestión en forma de unas rayas que si llegan a la roja, es porque le tenemos encima.

Como en los coches de última hornada, vamos. Es cierto que la luz es demasiado intensa por la noche, pero este sistema se puede anular. A veces también se confunde y avisa cuando no hay nada, pero siempre que viene un coche o una moto, avisa.

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Ese símbolo se ilumina, por la noche, en exceso. Pero ayuda mucho con el ángulo muerto.

En marcha, buen aplomo

En marcha, la moto transmite una sensación de aplomo muy alta gracias a su chasis de acero reforzado y a una suspensión regulable firmada por Marzocchi, con horquilla invertida de 43 milímetros delante y un monoamortiguador trasero. Esta configuración permite filtrar con bastante eficacia los baches en ciudad y, al mismo tiempo, ofrecer la firmeza suficiente cuando la carretera se vuelve sinuosa. No es ligera, pesa 257 kilos, pero todos estos elementos hacen que en marcha parezca mucho, muchísimo, más ligera.

El conjunto se completa con frenos Brembo de anclaje radial y ABS Bosch de última generación, que garantizan un nivel de seguridad y confianza sobresaliente al detener la moto. Como vemos, componentes de primera calidad que nada tienen que ver con el precio final de la moto. Y es que por 8.299 euros incluidas las maletas, todo ese equipamiento y hasta una garantía oficial de nada menos que seis años, es para pensárselo.

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8.299 euros con las tres maleta y seis años de garantía. Para pensárselo.

El confort es otra de sus bazas. La ergonomía está pensada para largas jornadas: asiento amplio y cómodo, posición erguida, manillar ancho y pantalla (no regulable) que protege bastante bien contra el viento. Eso sí, si quieres algo más grande, en el mercado hay opciones de varias medidas, incluso con tintado. Para el pasajero, la experiencia es igual de grata gracias a las asas sólidas y a un espacio bien resuelto.

La capacidad del depósito, de 24 litros, permite afrontar viajes largos sin preocuparse en exceso por las paradas de repostaje ya que, con un consumo medio de unos 6-6,5 litros cada 100 kilómetros, superar los 300-350 kilómetros de autonomía es suceso seguro.

Prueba QJ Motor SRT 900
A ver, algunos detalles son mejorables, como el cable que lleva la información al retrovisor del ángulo muerto.

En carretera abierta, la SRT 900 S se siente estable y segura, pero sorprende sobre todo por su agilidad en curvas enlazadas, donde su peso (lo que decíamos, más de 250 kilos en orden de marcha) está bien disimulado por el trabajo conjunto de chasis, suspensiones y frenos. Es una moto noble, que perdona errores y se muestra accesible incluso para quienes se inician en el mundo de las maxi-trail. La electrónica no es invasiva, pero siempre está ahí para intervenir cuando es necesario y es que hay que recordar que también cuenta con Control de Tracción, por supuesto, desconectable.

Una moto que pone a QJ Motor en el radar de quienes buscan una trail polivalente a un precio más que competitivo, sin renunciar al confort, a un completo equipamiento o a unas más que dignas prestaciones.

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