A la cuarta va la vencida. El Clase A nació en 1997, fue el primer utilitario de Mercedes-Benz y rompió moldes con su carrocería monovolumen de solo 3,6 metros de largo. Pero llegó con mal pie: sufrió un vuelco en una prueba de prensa que marcó su trayectoria y aunque en 2005 salió una evolución algo mas grande, nunca terminó de levantar cabeza.
La tercera entrega, ya en formato compacto tipo VW Golf, sorprendió con su diseño y sedujo a muchos clientes, pero defraudó también a algunos de ellos, en especial a aquellos para quienes no cumplía las expectativas de un Mercedes: espacio interior (altura limitada y espacio justo para las piernas atrás), maletero (pequeño) y detalles de acabado, como una insonorización y confort mejorables.
Ahora llega el cuarto intento, que parece el definitivo, porque resuelve casi todas esas carencias y añade argumentos innovadores que le sitúan, al fin, como la referencia a superar entre todos los compactos premium. Y tiene mérito, porque compite con rivales tan bien dotados como el VW Golf, superventas de su tamaño, y sobre todo con los Audi A3 y BMW Serie 1, los gallitos de las marcas exclusivas.
El nuevo Clase A saldrá a la venta en España en mayo con precios desde 31.400 (A200 gasolina de 163 CV) y 32.200 euros (A180d de 116 CV). El primero es la versión con cambio manual de seis marchas, que no llegará hasta julio, por lo que hay que sumarle 2.257 € del cambio automático 7G-DCT, el único disponible hasta entonces y el que viene de serie en el A180 D. La gama se completará en otoño con el A250 de 224 CV, que incluirá cambio automático y 4Matic (4×4).
Estos son los puntos fuertes que harán triunfar al Clase A 2018.
Deportividad elegante
El nuevo diseño mantiene el ADN estético del anterior, pero con unos trazos más suaves que afinan su elegancia deportiva y refuerzan la personalidad. Y conserva su imagen premium con un estilo propio que le distingue de la competencia.
Conducción suave y eficaz
La calidad de conducción es otro de los aspectos más mejorados. Ahora tiene un tacto suave e impecable en todos los mandos: volante, pedales, cambio, botones, etc. Y ofrece un manejo eficaz y exquisito, al menos con la suspensión trasera independiente, la única disponible en la presentación del modelo, que viene de serie a partir del A250 y se ofrece como opción en las versiones inferiores. El resultado es una conducción muy fácil y segura, además de una estabilidad muy conseguida que se disfruta.
Calidad y sonoridad
La presentación interior supone también un gran salto de calidad y se aprecia nada más subirse. La doble pantalla táctil que recorre el salpicadero desde el puesto de conducción hasta la zona del copiloto marca la diferencia, y la sofisticación de los detalles, como las tres salidas centrales de la climatización, el volante, la iluminación a la carta y otros, terminan de definir un ambiente atractivo con mucha clase. Pero sobre todo, ahora ofrece un funcionamiento muy suave y silencioso que no deja oír los rumores mecánicos y de rodadura, una de las grandes carencias de su antecesor.
Instrumentación digital
La doble pantalla de serie, de 7 pulgadas cada una, y por primera vez táctil en Mercedes, se puede ampliar a 10,25 pulgadas en el lado derecho: se ofrece como opción en el paquete Advantage (1.210 €) que incluye también navegador y sensores de aparcamiento. Pero aparte de su fuerza estética, las dos pantallas integran la mayoría de los mandos, accesorios y aplicaciones, y como están 100% digitalizadas, se pueden configurar a la carta, por ejemplo para aprovechar toda la superficie del cuadro de instrumentos para proyectar las imágenes del navegador.
Mayor funcionalidad
Sigue sin ser el mejor en habitabilidad, pero ya no agobia. El nuevo Clase A mide ahora 4,41 metros de largo, 12 centímetros más que el anterior, y es también otros seis más alto. El aumento de tamaño le permite resolver otra de las carencias de espacio de su antecesor, porque gana 3,6 centímetros de espacio para las piernas delante y otros 3,5 atrás, y mejora también en anchura a la altura de los hombros. El resultado es un interior más amplio, aunque atrás sigue siendo algo justo en la zona de las rodillas. También se ha afinado el diseño de los pilares delanteros y traseros y el portón posterior para ganar visibilidad, que ahora es un 10% superior. y se ha ampliado el maletero, que sube a 370 litros, 29 más.
Eficiencia y aerodinámica
Decir que el nuevo Clase A tiene un CX o coeficiente aerodinámico de 0,25, récord en su categoría, frente a los 0,27 del modelo anterior, puede no significar mucho para la mayoría, pero si se traduce a cifras, esas dos décimas aportan una reducción de 0,15 litros en el consumo medio homologado y de 0,24 litros cuando se circula en autopista, lo que supone muchos euros de ahorro en su vida útil. Para hacerse una idea, lograr esas bajadas de consumo reduciendo el peso exigiría aligerarlo 100 y 200 kilos, respectivamente. De hecho, el nuevo Clase A lleva todo el piso inferior carenado y ha pasado más de 600 horas en el túnel de viento. Además, a pesar de ser más grande que el anterior completa su eficiencia con una reducción de 20 kilos de peso, gracias al uso de aceros especiales y aluminio.
Gadgets digitales
Por último, el Clase estrena innovaciones digitales como la aplicación Mercedes Me App, que entre otras cosas permite adquirir por 19 € un adhesivo o tarjeta-llave que se pega en la cara trasera el movil y sirve para abrir el coche y arrancarlo sin necesidad de llevar la llave encima: basta con acercar el teléfono.
Otra solución de Mercedes Me permite también compartir el coche con quien se desee enviando una llave temporal virtual con el móvil que permite abrir y conducir el vehículo durante el tiempo autorizado. Y avisa al dueño si se produce un accidente, informa del gasto de combustible en ese período, etc.
Por último, incluye también un asistente virtual en la nube similar a Siri (Apple), que se activa con la palabra Mercedes y permite hacer cualquier consulta oral.
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