Así funciona el Michelin Pilot Sport 4S en las condiciones más duras

Prueba de los nuevos neumáticos en el Joshua Tree National Park montados en un Ferrari California T, un Mercedes-AMG C63 Coupé y un Audi R8.

Michelin Pilot Sport 4 S

Neumáticos y deportivos formaron un tándem perfecto.

El lanzamiento de los Michelin Pilot Sport 4 S, relevo de los populares Pilot Super Sport, supone la llegada al mercado de unos neumáticos de altas prestaciones. Bien es verdad que tienen ADN de competición (24 Horas de LeMans, WRC y Fórmula E), pero la realidad es que es un producto para la calle. Es por ello que en su presentación en California (EE UU) la marca francesa preparó una exhaustiva prueba de conducción en carreteras abiertas.

Michelin puso a disposición de los periodistas acreditados automóviles de altas prestaciones de marcas de prestigio: Audi R8, Ferrari California T y Mercedes-AMG C63 Coupé (este último con la particularidad de ser uno de los primeros modelos que equipan los 4 S de serie).

El escenario elegido para el test fue el Joshua Tree National Park, un parque natural que exhibe el paraje habitual del medio oeste americano, con grandes desiertos y una enormidad tal que la sensación de estar en medio de la nada es constante. Las amplias llanuras se presentaban como un terreno yermo, con formaciones rocosas dispersas aquí y allá, algunos campos de cactus rompiendo la rutina visual y las altas montañas nevadas siempre como telón de fondo.

El paisaje era perfecto pero para poner a prueba los neumáticos, lo que importaba era el firme sobre el que rodaban los nuevos Pilot. Hasta el parque se llega a través de las clásicas autopistas de varios carriles, pero una vez dentro dejan paso a un sistema de carreteras secundarias que había visto tiempos mejores: el asfalto no estaba en condiciones óptimas, con grietas, numerosas zonas con gravilla y en ocasiones incluso bancos de arena, algo previsible en pleno desierto.

Lo que a priori puede antojarse como un inconveniente, en realidad permitía probar las cubiertas en las situaciones diversas que tendrán que afrontar con casi total seguridad en su vida útil.

Durante la mayoría de la ruta se circula por un entramado de carreteras con buena visibilidad que anticipaban hasta dos o tres curvas más adelante, lo que permitía rodar a un ritmo ligero y comprobar de primera mano la respuesta de los neumáticos al enlazar curvas rápidas. Debido a la capa de aramida/nailon del interior, las cubiertas mantienen una mayor superficie de contacto con el suelo, por lo que no aparece ningún problema de respuesta al realizar los cambios de dirección, pudiendo controlar con precisión al deportivo de turno.

Llegando al final del recorrido el paraje cambia bastante, abordando en una zona con numerosos cañones que por un lado creaban curvas ciegas y, por otro, desprendían grava y arena que cubría ciertas zonas del asfalto.

Lo primero obligó a accionar los frenos con más asiduidad que al principio, por norma general en medio de curvas bastante cerradas, pero no provocó mayores problemas porque la frenada se distribuía de manera uniforme sobre los cuatro apoyos y al acelerar de nuevo la respuesta era inmediata. Lo segundo supuso más algo de percepción que real: ver un banco de arena o gravilla diseminada lleva a pensar que el coche va deslizarse, pero nada más lejos de la realidad, con algo más de precaución los 4 S se agarraban al suelo perfectamente sin que hubiera ninguna pérdida de tracción.

 

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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