Cuatro utilitarios de élite que apuestan por el diseño para diferenciarse. Tienen un planteamiento más sofisticado que los coches de su tamaño, porque están pensados para quienes buscan un coche urbano que aporte una imagen distintiva. Y presentan también un toque deportivo que se refleja en la estética y la conducción. Pero cada uno recoge detalles específicos que definen su personalidad. Y se impone el Citroën DS3, que es el más práctico.
En esta prueba se enfrenta la tercera generación del nuevo Mini, el utilitario más exclusivo que se acaba de renovar, y otros tres modelos que priman el diseño para seducir: Alfa Romeo MiTo, Audi A1 y Citroën DS3, todos con motor turbodiésel y cambio manual.
Conclusión
Victoria del Citroën. Es algo más caro, pero aporta una imagen con gancho, un interior más amplio y práctico y un maletero mayor. Le sigue el Alfa, que aparte de un diseño impecable que entra por los ojos, es el más asequible, aunque le falta elasticidad en ciudad. El Mini tiene también clase e imagen, el motor más brillante y un comportamiento divertido, pero con un maletero muy pequeño y un precio superior, como el del DS3. Y el Audi es el más discreto por fuera y por dentro, y las plazas traseras no son utilizables por adultos. Pero ofrece una conducción que entusiasma y calidad de conjunto.
El Citroën DS3 se impone porque tiene un diseño tan atractivo como sus rivales, pero no sacrifica tanto el sentido práctico y ofrece un interior más amplio, con cinco plazas de serie, y el mejor maletero. Además, aporta un tacto deportivo, buenas prestaciones y consumos ajustados, aunque con una suspensión más seca en pisos bacheados. Sale algo más caro, como el Mini, pero cumple mejor en el día a día. Se vende con tres motores de gasolina: 1.2 VTi de 82 CV (15.530 euros), 1.6 VTi de 120 CV (18.900) y 1.6 THP (turbo de 155 CV (21.750) en gasolina. Y hay tres HDi turbodiésel: 1.4 de 70 CV (16.730) y 1.6 de 90 y 115 CV (19.500 y 22.290).
El Alfa Romeo MiTo es el segundo en la prueba, solo un punto por delante del Mini. Aporta un diseño exquisito que marca la diferencia por fuera, pero su mejor argumento, junto a la imagen, es el precio: cuesta entre 2.000 y 4.200 euros menos, porque es el único con descuento. Se vende con cuatro motores de gasolina: 1.4 de 70 y 90 CV (13.290 y 15.200 euros), 0.9 turbo de 105 CV (16.200) y el espectacular 1.4 TB (turbo) Quadrifoglio Verde de 170 CV (19.400). Y hay dos JTDm turbodiésel: 1.3 de 85 CV (desde 14.300) y el 1.6 de 120 CV de la prueba (18.100).
El nuevo Mini es el tercero y aparte de la fuerza de su diseño exterior y su cuidada presentación, tiene el motor más brillante, un tricilíndrico muy eficiente. Ofrece una agilidad superior para quienes disfrutan al volante, pero mantiene sus carencias prácticas -solo dos plazas atrás y maletero muy pequeño- y es más caro, como el Citroën. La gama incluye por ahora cuatro versiones: One, con motor 1.2 de 102 CV (17.950 euros), Cooper con un 1.5 de 136 CV (20.550) y Cooper S con un 2.0 turbo de 192 CV (25.950) en gasolina. Y hay dos 1.5 turbodiésel: One D de 95 CV (19.550) y el Cooper D de 116 CV de la prueba (22.100).
El Audi A1 se queda a un punto del Mini y a tres del Alfa. Destaca por su calidad de conducción y estabilidad impecables, y es el que menos ha gastado. Pero le penaliza una presentación interior austera y una funcionalidad limitada: tiene cuatro plazas y las dos traseras solo sirven para niños. Se ofrece con cuatro motores TFSi de gasolina: 1.2 de 86 CV (desde 16.780 euros) y 1.4 de 122, 140 y 185 CV (19.800, 20.140 y 28.610). Y hay tres TDi turbodiésel: 1.6 de 90 y 105 CV (18.390 y 20.160) y 2.0 de 143 CV (23.850).
Conducción
Estos cuatro utilitarios ofrecen prestaciones parecidas y más que suficientes. Sólo el Audi, que tiene un motor menos potente (1.6 TDi de 105 CV) y cambio manual de solo cinco marchas -seis en los otros- se queda algo por detrás. Pero todos adelantan sin muchos apuros y suben con soltura.
El Alfa es el más peculiar (motor 1.6 JTDm de 120 CV) y tiene doble personalidad. Incluye una tecla DNA con tres modos de uso (Natural, Dynamic e Invierno) que varían la respuesta del motor, el tacto del acelerador y la dureza de la dirección. Y mientras con el Natural, similar a los Eco, se muestra lento y perezoso, con el Dynamic se transforma en un coche mucho más ágil. Aun así, es siempre el menos elástico a bajo régimen y al igual que el DS3, exige tacto con el embrague para no calarlo en los semáforos. El Mini sorprende en el otro extremo con su nuevo motor (1.5D de 116 CV) y solo tres cilindros, que apenas se nota. Impresiona por su respuesta desde casi el ralentí y su facilidad para subir de vueltas: se estira por encima de 4.500. El DS3 (1.6 e-HDi de 114 CV) responde con fuerza desde 1.600 revoluciones, pero por debajo le falta fuerza en ciudad y a partir de 4.000 pierde fuelle e invita a subir de marcha.
El Audi destaca por su facilidad de conducción y tiene una estabilidad muy buena, incluso con las ruedas básicas de la unidad de pruebas. Es tan fácil de manejar que hace sentirse como si se hubiera conducido toda la vida y muestra siempre unas reacciones proporcionadas que permiten intuir lo que hace el coche y trazar las curvas sin apenas corregir. El Citroën tiene el tacto más deportivo, con las suspensiones más firmes de los cuatro y un equipo de ruedas muy generoso (205/45/17). Transmite confianza por su agarre y por lo poco que se mueve la carrocería en las curvas. Y aunque tiende a deslizar de delante al forzar el ritmo en zonas viradas, va bien en todas partes.
La estabilidad del Alfa de la prueba se beneficia de unas ruedas exageradas (215/40/18), sobre todo por las llantas de 18 pulgadas. Así, ofrece un agarre en curva muy elevado, pero sin la facilidad de conducción del A1, ni el equilibrio del DS3. Y la dirección eléctrica resulta imprecisa y obliga a corregir a menudo, incluso en las rectas. El Mini es el más peculiar, porque tiene una conducción diferente que recuerda a los karts. El diseño del eje delantero y la dirección hacen que entre en las curvas a la menor insinuación del volante, y el eje trasero ayuda a terminar el giro. El resultado es una agilidad sobresaliente que sorprende al principio, porque parece nervioso y exige acostumbrarse.
Los cuatro frenan muy bien, pero el Alfa y el Citroën necesitan menos metros para detenerse parar, sobre todo el primero, que para antes por sus grandes ruedas. Pero en los dos se encienden las luces de alarma del freno con mucha facilidad. En la calidad de conducción domina el Audi, con unos mandos más suaves y precisos que hacen sentirse a gusto enseguida.
Consumos
Los consumos varían mucho con la conducción, pero pueden ser muy bajos en conducción suave. El A1 ha gastado menos en la prueba: poco más de cinco litros a ritmos tranquilos, seis en ciudad y por debajo de siete apurando las marchas.
El Citroën y el Mini gastan solo medio litro más: no llegan a seis en ritmos suaves, suben a 6,5 en tráfico urbano y solo pasan de siete si se les exige. El Alfa consume un litro más que éstos: 7,5 en ciudad y alrededor de ocho apurando las marchas, pero no llega a siete si se circula con mimo en el modo “natural” o Eco.
Las emisiones de CO2 son bajas y evitan pagar Impuesto de Matriculación: 95 g/km en el Mini, 99 g/km en los A1 y DS3, y 114 g/km en el Mito.
Vida a bordo
La principal diferencia entre estos coches es el número de plazas: el Mini y el Audi tienen cuatro, y el Citroën y el Alfa cinco. Pero el DS3 las incluye de serie y en el MiTo son opcionales (250 euros). Los cuatro ofrecen unas buenas plazas delanteras y salvo el Audi, que es más convencional, incluyen asientos de diseño deportivo que sujetan bien el cuerpo, en especial el Citroën y el Mini. El espacio para las piernas atrás es justo y similar en todos, así que el uso de las plazas traseras depende de la estatura de quien vayan delante, en especial del conductor.
El Citroën es el más amplio, sobre todo en anchura, y tanto delante como detrás. Así, resulta más práctico que los demás, aunque el asiento trasero tiene una banqueta y un respaldo muy planos que penalizan el confort. El Alfa es muy justo en anchura para llevar tres personas atrás y solo sirve para niños. El Mini tiene el asiento trasero mejor resuelto, pero con un acceso incómodo. Y en el Audi, las plazas traseras resultan poco utilizables, salvo para niños o trayectos cortos: se toca con la cabeza en los laterales y el techo, incluso si se mide 1,60 metros.
Ninguno destaca por sus huecos para objetos, pero el Citroën tiene una buena guantera y bolsas más grandes en las puertas. Y refuerza su sentido práctico con el maletero más amplio, aunque similar al del Alfa, y aunque no son muy grandes, tienen formas aprovechables. El maletero del Audi se queda más justo y el del Mini es muy pequeño a pesar de incluir un doble fondo para ocultar objetos y una bandeja muy práctica, con redes que se puede colocar en dos alturas. Además, todos permiten ampliar la capacidad plegando los respaldos por partes.
La presentación interior es otro aspecto diferenciador de estos coches y solo el Audi se queda por detrás. Transmite calidad y tiene buenos ajustes en las piezas, pero con un diseño muy sencillo y plásticos oscuros que crean un ambiente austero y apagado. Los otros son muy vistosos, aunque con estilos diferentes. El Mini es el más original y rompedor, porque actualiza el aire retro del original en una puesta en escena sofisticada que se refleja en los materiales y los detalles, desde una original tecla de arranque (en lugar del botón o llave), a la instrumentación, el volante, etcétera. El Alfa tiene un estilo muy atractivo y deportivo, con una presentación cuidada y sofisticaciones como la consola metálica con remaches. Y el DS3 aporta un conjunto muy elaborado que reúne lujo y deportividad para definir un ambiente moderno y elegante.
La deportividad de estos coches implica utilizar suspensiones más enérgicas que penalizan un poco el confort de marcha. El Audi al ser más convencional, absorbe mejor los baches y resulta más cómodo en los viajes. Los demás se muestran más firmes, pero también más secos en pisos irregulares, en especial el Citroën y también el Alfa, que lleva ruedas de perfil más bajo y rebota más en pisos malos. En la sonoridad, el A1 y el Mito están peor aislados y dejan oír más la mecánica.
Imagen y diseño
Los cuatro tienen diseños atractivos con estilo propio, pero el Mini aporta una personalidad única que le distingue, tanto por fuera y por dentro. Su línea sencilla y cuadrada tiene mucho gancho, y el diseño interior, con sus relojes circulares, palancas y otros detalles, es único. El Mito muestra también una imagen muy deportiva y original que le identifica con Alfa. Destaca por la fuerza del frontal y el aspecto musculoso y rotundo de la zaga. Y el interior muestra un diseño sugerente, aunque con algunos detalles y materiales mejorables.
El Citroën es muy equilibrado. Por fuera aporta una línea deportiva y elegante, con un frontal de personalidad bien definida y un lateral con estilo propio. Y por dentro está resuelto con gusto y reúne clase y originalidad. El A1 explota la fuerza de Audi en el frontal, pero es el más discreto y no tiene el gancho de los demás. Y el diseño interior es muy simple y resulta frío y austero.
Precios y equipamiento
El Alfa sale más barato, 18.100 euros, porque es el único con descuento (2.300 euros). El Audi sube a 20.910 y el Mini y el Citroën cuestan casi igual: 22.100 y 22.290 euros.
Aunque son pequeños, vienen bien equipados en seguridad: seis airbags, ABS y control de estabilidad ESP. El Audi y el Mini llevan sensor de presión de ruedas, pero el Alfa suma un airbag de rodilla (conductor).
Todos tienen un comportamiento seguro, pero el A1 es más fácil de conducir y da confianza, y el DS3 es muy noble.
En el equipo de serie no hay muchas diferencias. Aparte de la dotación de seguridad, todos vienen con radio-CD, elevalunas delanteros y retrovisores eléctricos, ordenador de viaje y climatizador (salvo el MiTo, que viene con aire acondicionado). Pero el Alfa incluye a cambio pantalla táctil y tecla DNA para elegir entre tres programas de conducción. El Audi suma sensores de lluvia y faros, el Mini y el Citroën traen control de velocidad, y todos vienen con llantas de aleación, con 15 pulgadas en el Mini, 16 en el Audi y el Alfa, y 17 en el Citroën, que es el único con rueda de repuesto de emergencia en lugar de kit antipinchazos y viene un poco mejor equipado que los otros. Todos tienen dos años de garantía y el A1 y el Mini disponen de listas de opciones más completas.
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