El VW Touran es ahora mucho más familiar

Volkswagen presenta una generación de su monovolumen compacto mucho más convincente.

Volkswagen Touran
La polivalencia de esta nueva generación es muy superior.

La premisa básica de cualquier automóvil debería  ser satisfacer las necesidades de sus usuarios. Sin embargo, ocasionalmente son otros factores (como el diseño, las prestaciones o el comportamiento) los que prevalecen y anulan cualidades que se antojan irrenunciables. No es éste el caso de la nueva generación del Touran que Volkswagen acaba de poner en el mercado, más bien todo lo contrario: se trata de un monovolumen de tamaño compacto que cumple con nota alta como vehículo eminentemente familiar.

El Nuevo Touran viene a refrendar que esta configuración de carrocería es más que valida frente a la otra que tan de moda está en España, la de los todocamino. Muchos son los que se decantan por la opción de estilo 4×4 (aunque no lo sean) por razones estéticas y no tienen en consideración las ventajas de un buen monovolumen. Yo diría que el Touran es tan atractivo como cualquier SUV y tiene algunos argumentos que no encontramos en la mayoría de éstos. Su diseño no es rompedor pero sí que se actualiza en ciertos matices para presentarse más actual y dinámico.

LO MEJOR ESTÁ EN EL INTERIOR

Aunque su principal virtud se disfruta al acceder a un interior amplio y bien estructurado. La carrocería ha crecido 13 centímetros y la distancia entre ejes lo hace de forma equivalente (11,3), con lo que el espacio disponible es generoso y muy aprovechable, incluyendo un gran maletero en el que se escamotean dos plazas auxiliares para un uso esporádico.

Otro gran avance del nuevo Touran se fundamenta en su equipamiento y conectividad, con cantidad de detalles de última generación (algunos de serie y otros disponibles  como opciones) capaces de cubrir las necesidades incluso de los más exigentes. Seguridad, comodidad y comunicaciones van de la mano en esta propuesta del fabricante alemán.

Las motorizaciones diésel se antojan como las más adecuadas para coches de este estilo, sin embargo la alternativa de los modernos propulsores TSI (con turbo) de baja cilindrada no debe ser desdeñada de antemano: su funcionamiento es muy fino, su rendimiento satisfactorio (150 CV en el caso del 1,4 litros) y los consumos pueden llegar a sorprender. Si además se combina con un cambio automático DSG de siete marchas y doble embrague, la combinación roza lo ideal.

En ciudad su tamaño no supone un inconveniente y en carretera se desenvuelve con la solvencia propia de un turismo, revelándose muy estable y con los balanceos justos para una carrocería de mayor altura.

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