Dos modelos urbanos que mejoran su eficiencia y reciben el distintivo ambiental ECO. El Fiat 500, el ciudadano de diseño de la marca italiana, y el Fiat Panda, su pariente más amplio y funcional, estrenan una mecánica con apoyo microhíbrido que reduce el consumo y las emisiones. Se trata de un propulsor 1.0 de gasolina, tres cilindros y 70 CV, con cambio manual de seis marchas y la ayuda de un motor eléctrico de 5 CV.
El 500 Híbrido está disponible desde 15.650 euros, una tarifa excesiva y que, al menos por el momento, no puede reducirse con descuentos, porque Fiat no anuncia ninguno. El Panda Híbrido, en cambio, se vende a partir de 16.350 euros, pero, gracias a la promoción de lanzamiento y a la prima por financiar la compra con la marca, puede bajar hasta 12.320.
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De pruebas por Bolonia
Ambos coches se han conducido por los alrededores y el casco urbano de Bolonia, Italia, y destacan por el empuje del motor eléctrico, que se aprecia con claridad. Tras un recorrido de unos 25 kilómetros y 50 minutos, el Panda Híbrido gastó 7,1 litros de media, y el 500 Híbrido, 6,1. Pero se podría haber mejorado la eficiencia en los dos vehículos.
El motor eléctrico funciona casi desde el ralentí, de 1.000 a 3.000 vueltas, y está pensado para ganar eficiencia, ayudando a iniciar la marcha y permitiendo también recuperar energía en las desaceleraciones y frenadas. Y como la energía recuperada se almacena en una minibatería de 0,148 kWh y se reutiliza después, se crea una especie de pequeño círculo virtuoso de energía gratis.
En la franja de revoluciones citada, el eléctrico aporta de 15 a 20 Nm de par extra, una cantidad importante (cercana al 30% del par que ofrece del motor de combustión), que hace que ambos coches salgan con soltura de los semáforos y puedan conducirse con suavidad en marchas largas, mejorando la eficiencia y sin notar falta de empuje. El nuevo cambio de seis marchas, que entre otras cosas presenta un 30% menos de fricciones internas, y la alta relación de compresión del motor, 12:1, también ponen de su parte.
El potencial del propulsor eléctrico permite también introducir una función de planeo: hasta 30 km/h, basta poner punto muerto para desconectar el motor térmico y moverse con la inercia sin gastar. Y al embragar para insertar una marcha, el motor 1.0 vuelve a conectarse con rapidez y suavidad. Esta función se utilizó poco en los test, por las características del tráfico, y por eso los consumos obtenidos podrían mejorarse.
Las emisiones oficiales caen notablemente gracias al apoyo eléctrico. El 500 Híbrido declara 88 g/km de CO2, un 19% menos que la variante 1.2 de 69 CV convencional, y el Panda Híbrido, 89 gramos, un 31% inferior. El consumo medio es de 5,3 y 5,4 litros, respectivamente (ciclo WLTP).
Nuevo Fiat 500, solo a pilas
Los dos modelos son veteranos, porque el 500 nació en 2007 y el Panda en 2012, y han superado el ciclo habitual de cambio por una nueva generación a los siete años de vida. Sin embargo, Fiat ha anticipado que presentará un nuevo 500 en marzo en el Salón de Ginebra, y que saldrá a la venta en verano. Y aunque el diseño y las proporciones de carrocería son muy similares a las del actual, la mecánica será completamente diferente, porque ya no tendrá motores de combustión, solo eléctricos con baterías.
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