Se podría quizá decir que Nissan llevaba mucho tiempo fuera del segmento C, el de los turismos compactos, si no fuera porque su exitoso todocamino Qashqai en realidad se ha posicionado en ese espacio para muchos de sus compradores. Pero la marca japonesa quería amplia su oferta y es así como pone en el mercado el Pulsar, con carrocería de cinco puertas y una longitud de 4,38 metros.
Su diseño recuerda en bastantes aspectos (especialmente en el frontal) a su hermano Qashqai y da incluso la impresión de ser más grande de lo que es. Su estética resulta algo controvertida: hay quien no termina de verle el encanto, mientras que a otros sí les resulta un conjunto atractivo, aunque pocos son los que creen que se trate del compacto más bonito de los que se venden en la actualidad. Aunque sobre gustos, ya sabemos…
Esas formas digamos que generosas son las responsables de que la habitabilidad interior esté realmente conseguida, con lo que nos encontramos ante una opción a tener muy en cuenta por quienes busquen la polivalencia de un familiar solvente. El ambiente interior es correcto pero al estilo japonés, con materiales de buena factura aunque sin alardes.
Y es que una de las grandes cualidades de este compacto es esa habitabilidad, entre las mejores de su segmento y comparable en ciertas cotas a la de berlinas de mayor tamaño. Esto es así sobre todo en las plazas traseras, con mucho espacio para las piernas de sus ocupantes y también en altura libre hasta el techo. El maletero se muestra igualmente capaz, incluso con sus cinco plazas disponibles.
La versión tope de la familia es la DGI-T, que monta un motor de gasolina de 1,6 litros, con turbo y nada menos que 190 CV. Una potencia seria para un automóvil de su planteamiento… pero que nadie espere ponerse al volante de un GTI. Los caballos parecen esfumarse, en ningún momento existe la sensación de disponer de tal rendimiento y aunque prestacionalmente cumple sin complejos, el dinamismo no es su seña de identidad, ni mucho menos.
Por el contrario, el Pulsar es un coche de carácter aburguesado. Sus suspensiones son cómodas y blandas, la dirección está muy asistida y el cambio tiene un tacto mejorable además de recorridos de palanca excesivos. Pero como ya decimos que su filosofía es más familiar que deportiva, la combinación en definitiva funciona y se revela como un excelente coche para casi todo. Que es de lo que se trata.
LO MEJOR
LO PEOR
El motor de gasolina es potente (aunque lo parece menos de lo que es) y con un funcionamiento bastante redondo, que no se ve acompañado por un cambio de tacto de palanca muy mejorable y con recorridos largos.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram