El Porsche 911 es uno de los deportivos más conocidos de todos los tiempos, tiene una larga tradición a sus espaldas, ha gozado de versiones icónicas y actualmente se encuentra inmerso en pleno proceso de renovación. A principios de 2019 conoceremos su octava generación y la marca alemana ha querido mostrar como la ha puesto a prueba en su fase de desarrollo.
El proceso es complejo y de lo más completo, ya que evaluar, testar y dar con la solución óptima para las diversas áreas que componen el coche obliga a que este viaje alrededor de todo el mundo, buscando temperaturas extremas y situaciones de lo más variopintas: desniveles de hasta 4.000 metros, diferencias térmicas de 85 grados, pruebas de velocidad en circuitos e incluso atascos.
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Es habitual que el coche en desarrollo pase por las zonas más cálidas y frías del planeta: desde los 50 ºC que se registran en el Golfo Pérsico o el Valle de la Muerte hasta los -35 ºC que marcan los termómetros en las carreteras del Círculo Polar Ártico. Esto ayuda a poner a prueba la climatización interior, la gestión térmica del coche, el comportamiento del combustible o el arranque en frío.
También sirve para poner a prueba su dinámica de conducción y evaluar su capacidad de frenada, de giro y de los sistemas de control en situaciones extremas. Aunque este aspecto donde mejor se analiza es en circuitos como Nürburgring, tan complejo que presenta prácticamente todas las posibilidades a las que se puede enfrentar un deportivo, o Nardò, en el que llega a su velocidad máxima.
Tampoco se olvida la marca alemana del día a día, el uso más convencional que será el que más den al modelo sus clientes. Estas pruebas, que se realizan en las carreteras y ciudades de Alemania, se centran en comprobar que todos los sistemas sean duraderos y fiables para el uso diario.
Lo explica Andreas Pröbstle, jefe del Proyecto Global del 911: “Además de sus extraordinarias prestaciones, la idoneidad para el uso cotidiano es lo que siempre ha distinguido al 911. Por eso probamos el coche en todo tipo de condiciones, en todas las regiones y climatologías. El tren de rodaje debe funcionar tan bien como los fluidos, los sistemas, los procesos operativos o las pantallas; esta es la única manera de poder cerciorarnos de que el vehículo está capacitado para rodar en cualquier parte del mundo sin problemas”.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.