Bentley celebra su centenario este año y, para conmemorar su siglo de trayectoria, mira al futuro. La marca adelanta cómo serán sus modelos en el año 2035, y el Bentley EXP 100 GT muestra lo que está por venir. Se trata de un cupé de imponente presencia y gran tamaño, que alcanza los 5.600 milímetros de longitud y los 2.400 de ancho, que evoluciona el lenguaje de diseño de la marca pero que aun así cuenta con elementos muy reconocibles.
Es el caso de los grupos ópticos redondos, que en este caso cuentan con apéndices en la parte exterior y que además están unidos a una parrilla carenada y retroiluminada. Los pasos de rueda son muy musculosos, acogen llantas de gran tamaño y dan forma a una marcada línea de cintura.
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En la vista lateral llaman la atención las puertas, muy grandes y de apertura diédrica, pero también la larga caída del techo que resulta en una zaga bastante afilada. Esta, además, presenta unas delgadas ópticas con tecnología OLED.
El habitáculo no se queda atrás, con una configuración de tres plazas en la que los asientos tienen una importancia capital, puesto que son biométricos. Esto quiere decir que analizan las constantes vitales de los pasajeros y, en función de estas, ajusta parámetros como la música o la luz ambiental para aumentar la sensación de confort.
El conductor puede elegir entre tomar el control del Bentley o dejar que este, con su inteligencia artificial, se encargue de conducir de manera autónoma. En ambos casos el vehículo dispone de cuatro motores eléctricos que desarrollan 1.340 CV de potencia y 1.500 Nm de par máximo, lo que catapulta al EXP 100 GT de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y le permite alcanzar los 300 km/h de punta.
Las baterías que alimentan el sistema tienen cinco veces más densidad energética que las actuales, por lo que le otorgan una autonomía de 700 kilómetros por carga. Además, pueden recuperar el 80% de su capacidad en 15 minutos.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.