En septiembre de 2019 el Chiron Super Sport 300+ rozaba los 500 km/h y, dos años después, el Bugatti Chiron Super Sport busca aunar sus altísimas prestaciones con un mayor refinamiento al volante. La marca lanza una exclusiva serie de 60 unidades que, antes de impuestos, tienen un precio de 3,2 millones de euros.
Basada en el 300+, esta versión mantiene los elementos que ayudan a optimizar su aerodinámica, como la zaga extendida en 25 centímetros: gracias a esa mayor longitud, el Super Sport es más estable a altas velocidades que el Chiron convencional. Además, añade elementos específicos como los agujeros sobre los pasos de rueda, que reducen la presión aerodinámica generada en la zona, e incluye retoques en las tomas de aire y el difusor para mejorar el flujo de viento.
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Tampoco faltan las llantas de aluminio, pero opcionalmente también puede montar las de magnesio que ya estrenó el Chiron Pur Sport. En conjunto, todos los cambios sirven para reducir el peso del hiperdeportivo en hasta 23 kilos.
Su motor es el conocido bloque 8.0 W16 con cuatro turbos. Sin embargo, estos son de mayor tamaño y hacen que el propulsor aumente su potencia hasta los 1.600 CV, 100 más que el Chiron base. El par o fuerza de empuje es de 1.600 Nm, y con tal artillería alcanza los 200 km/h desde parado en 5,8 segundos, llegando a los 300 km/h en 12,1 segundos. Respecto al Chiron, es un 7% más rápido. Bugatti no menciona la aceleración de 0 a 100 km/h.
Y la velocidad máxima es de solo 440 km/h, límite la compañía ha establecido para dar un enfoque más racional al Super Sport. Esto se pone de manifiesto también en una puesta a punto centrada en el confort, con la idea de que se pueda disfrutar de la conducción durante los largos viajes por carretera.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.