Ferrari tiene la costumbre de lanzar un modelo y, pasado el tiempo, presentar una versión todavía más radical del mismo. El 488 GTB es bien conocido desde hace ya tiempo y los seguidores de la marca esperaban con ganas su variante más deportiva: pues bien, este es el Ferrari 488 Pista.
Y lo primero es lo primero, ya que el deportivo recién nacido ya ha hecho historia: es el modelo con motor V8 más potente que jamás haya fabricado la marca. El motor de ocho cilindros en V es el mismo del GTB, pero se ha evolucionado hasta sacar de él 720 CV (+50 CV) y 770 Nm de par máximo, un incremento considerable.
A esto hay que añadir una estricta dieta gracias al empleo de materiales ligeros y de piezas sacadas directamente de las versiones de competición, lo que le ha supuesto un ahorro de 90 kilos para llegar a un peso en seco de 1.280 kilos.
Lógicamente esto significa una mejora en las prestaciones, rebajando el tiempo que necesita para alcanzar los 100 km/h hasta los 2,85 segundos, marcando 7,6 para llegar a los 200 km/h y teniendo como tope los 340 km/h.
No solo modificaciones mecánicas presenta el Ferrari 488 Pista. También recibe un importante trabajo aerodinámico cuyo objetivo ha sido conseguir que llevar el coche al límite sea más fácil. Se han rediseñado los conductos de aire, hay una enorme salida en el capó, el difusor trasero es nuevo, se ha incrementado la succión hacia el suelo y el alerón es más ancho. El resultado es un 20% más de carga aerodinámica.
Por último, la electrónica también lleva la firma de los modelos de competición, con multitud de elementos que ayudan a domar la bestia con mayor facilidad: diferencial electrónico E-Diff3, Side-Slip Angle Control, suspensiones magnetoreológicas, F1-Trac y Ferrari Dynamic Enhancer, que mejora la precisión de los frenos.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.