Carnavales de Río de Janeiro. Puede que sean, junto a los de Venecia, los más famosos del mundo entero. Por su colorido, por su música, por su gentío en las calles y, desde luego, por sus espectaculares carrozas, que pasean llenas de bailarines e inundando las calles con una atronadora y pegadiza música de samba.
Pero la historia de las carrozas es de lo más curiosa. Todo empezó allá por el año 1950, con un Ford A de 1929. Se trataba de un sucesor no muy conocido del Modelo T, importado de Estados Unidos a Salvador de Bahía (Brasil).
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Todo empezó con él
Durante muchos años, Osmar Macedo, metalúrgico de profesión, utilizó este descapotable para transportar hierro.
En 1950, Osmar y su amigo Dodô, técnico de radio y músico aficionado como él, equiparon el Ford A ya con bastantes años (y daños) a sus espaldas con dos altavoces. También conectaron su guitarra y su cavaquinho (una especie de guitarra que se utiliza para tocar los acordes de la samba) a la batería del coche, según contó Aroldo Macedo, el hijo de Osmar, a The Associated Press.
Con este coche medio destartalado, con el guardabarros abollado y su pintura granate desconchada, recorrieron las calles de Salvador de Bahía durante los carnavales de ese año, con la música a todo volumen.
El año siguiente repitieron el pasacalles, pero esta vez con un tercer músico, por lo que se hicieron llamar Trío Eléctrico.
Esta moda de un vehículo con altavoces emitiendo música a su paso por las calles en el carnaval se copió y a raíz de ahí, todos los escenarios móviles y carrozas que recorrían Salvador, la capital del estado de Bahía, se convirtieron en el centro de estas internacionales fiestas.
La dictadura del 64
La dictadura militar en Brasil se inició en marzo de 1964 por Humberto de Alencar, que derrocó el Gobierno democrático del presidente Joao Goulart.
Ese periodo terminó con la victoria electoral del Movimiento Democrático Brasileño, asumiendo José Sarney como primer presidente civil en marzo de 1985.
Y precisamente a partir de ese año, el Trío Eléctrico originario de Salvador sirvió de guía para Río de Janeiro, ante la reaparición de las celebraciones callejeras.
Ahí también empezaron a desfilar los camiones de las escuelas de samba, que ensayan para el tradicional desfile en el Sambódromo. Hoy en día, estos camiones se les llama tríos en homenaje a ese primer trío formado por Osmar y dos músicos. Y son unos 70 los que se abren paso tanto en Salvador como en Río, entre la multitud brasileña durante los días más fuertes del carnaval.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.