Para reducir la emisiones, la mayoría de marcas se ha centrado en las producción de modelos 100% eléctricos o electrificados, pero Koenigsegg se niega a abandonar los vehículos de combustión. Y la clave para que sean menos contaminantes está en los volcanes. En una reciente entrevista con Bloomberg, el fundador y consejero delegado de la compañía, Christian Von Koenigsegg, los menciona como una interesante fuente de energía limpia.
“En Islandia aprovechan el CO2 que emiten los volcanes semiactivos y lo convierten en metanol. Y si se coge ese metanol y se usa para alimentar las plantas que fabrican otros combustibles, y también alimenta el barco que los transporta, se consigue poner un combustible completamente neutro en CO2 en el vehículo”, comenta.
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La tecnología a la que se refiere es la empleada para producir el Vulcanol. En el proceso se captura el dióxido de carbono fósil liberado por los volcanes y se aprovecha la energía eléctrica –obtenida por la misma actividad geotérmica– para generar hidrógeno mediante un proceso de hidrólisis.
Gracias a ellos se obtiene un metanol que es menos contaminante que la gasolina, tanto en su proceso de producción (un 70% menos de emisiones) como en su uso (un 90% menos), con unos beneficios ecológicos notables. El Koenigsegg Gemera, un híbrido enchufable de 1.724 CV que la marca presentó en marzo de 2020, ya es capaz de funcionar utilizando el Vulcanol.
Las ventajas del Vulcanol no se limitan a su combustión, mucho más limpia. También se trata de un combustible completamente sintético que no contiene ninguna de las partículas residuales de los derivados del petróleo, como el nocivo azufre.
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