Amanda reside en Nueva Zelanda con su marido, Philip. Un escenario idílico para una vida ya retirada del trabajo que, sin embargo, esconde una joya del automovilismo que ni siquiera Ferrari hubiera jamás pensado en encontrar.
Esta mujer es la conductora y la propietaria del Ferrari más antiguo del mundo todavía en circulación. Un hito que, obviamente, la marca italiana tuvo que registrar de manera oficial.
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Durante el tour de Ferrari en diciembre de 2023, en su etapa por Nueva Zelanda, Amanda y Philip decidieron unirse al convoy del cavallino con su propio Ferrari 166 Inter de 1948. Un diamante plateado que a día de hoy luce intacto y sigue funcionando como la seda.
Al contrario que muchos coleccionistas de deportivos clásicos, Amanda conduce a diario su Ferrari 166 Inter. Como confiesa ella misma, cree que los coches “son esculturas rodantes que está bien poder contemplar en la carretera”.
La mujer trabajó durante años en Alaska, donde por las noches leía diversas revistas de coches a la luz de las velas. Fue en una de estas donde encontró a la venta su Ferrari, ignorante de que se convertiría en el más antiguo del mundo en estar en circulación.
Amanda y su Ferrari tienen (casi) la misma edad
“Llegó en un contenedor y la primera cosa que vi fue el exterior del coche”, describe Amanda. “Ya fue emocionante, era puro aluminio: no había nada, ni insignia de Ferrari, era solo una forma preciosa. Un proyecto puro”. La propietaria casi comparte edad con su Ferrari 166 Inter. Ella tiene 75 y el Ferrari más antiguo del mundo cumplirá 76.
Amanda ahora piensa en el futuro de su coche. No sabe quién se lo quedará, pero necesita que sea alguien que sepa apreciar el vehículo. Sobre todo, que lo conduzca, como ella. “Me gusta conducir los coches, me gusta escucharlos, ni siquiera tengo una radio instalada”.
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