Presentado como prototipo hace tres años (se llamó entonces C_Two), el Rimac Nevera ya es una realidad. Y el segundo modelo de la marca croata nace como un hiperdeportivo eléctrico de casi 2.000 CV de potencia del que solo se van a fabricar 150 unidades, cada una con un precio de dos millones de euros.
Los cambios respecto al prototipo no son muchos. El sistema de propulsión es idéntico, con cuatro motores eléctricos (uno por cada rueda) que desarrollan una potencia conjunta de 1.914 CV, así como un par máximo de 2.360 Nm. Rimac Automobili anuncia una eficiencia energética del 97%, y para asegurar que toda la fuerza se traslada al asfalto de manera correcta, el superdeportivo dispone del sistema de tracción R-AWTV 2, que hace 100 cálculos por segundo para entregar el par adecuado en cada momento a cada rueda.
Más información
Con semejante artillería, las prestaciones del Rimac Nevera están a la altura de lo esperado: acelera de 0 a 100 km/h en 1,97 segundos, cubre los primeros 400 metros en 8,6 y alcanza los 300 km/h muy poco después, a los 9,3 segundos. La velocidad máxima asciende a 412 km/h.
De detenerlo se encargan unos frenos carbocerámicos Brembo con discos de 39 centímetros de diámetro mordidos por pinzas de seis pistones. Y a ellos se suma un sistema de recuperación de energía (en desaceleraciones y frenadas) más capaz de lo normal, porque puede llegar a recuperar hasta 300 kW. Además, funciona diferente al de la mayoría de eléctricos, en los que primero se activa la frenada regenerativa (con los motores eléctricos) y luego la convencional (con los discos). Según Rimac, su modelo puede ir combinándolas y utilizar esta solución para maximizar la respuesta del conjunto, especialmente en circuito: si los frenos alcanzan una temperatura límite, activa una mayor frenada regenerativa para tratar de enfriarlos.
El diseño también es muy similar al del concept, pero la marca ha modificado ligeramente la carrocería (las tomas de aire, los pilares, el capó y el difusor, entre otros detalles…) para mejorar su aerodinámica (un 34%)y la refrigeración (un 30% a bajas velocidades y un 7% a altas). Mide 4,75 metros de longitud, roza los dos de anchura y tiene una altura mínima de 1,2.
En el interior, el Rimac Nevera cuenta con una configuración biplaza y un estilo minimalista. Combina el cuero con molduras de metal y la fibra carbono vista de su chasis monocasco. Cuenta con tres pantallas TFT, una para el cuadro de instrumentos, otra para el sistema multimedia y una tercera, más pequeña, delante del copiloto.
El superdeportivo eléctrico, por otra parte, cuenta con una batería de 120 kWh de capacidad que otorga al modelo una autonomía de hasta 550 kilómetros por carga. Configurada por 6.960 celdas y con forma de H, la pila ayuda a mejorar la rigidez del vehículo un 37%. Además, su posición contribuye a un reparto de pesos casi perfecto (48/52) entre ambos ejes. El peso total del modelo es de 2.150 kilos.
Y aunque el enfoque del Rimac Nevera es claramente deportivo, la compañía señala que ha sido diseñado para combinar su comportamiento ágil con un rodaje cómodo. Para ello cuenta con suspensión activa y con un selector de modos de conducción (Sport, Drift, Comfort, Range, Track y Custom) que varía los parámetros en función de lo que quiera el conductor.
Para quienes quieran disfrutar del Rimac Nevera en circuito, la compañía croata ha creado el Driving Coach, una inteligencia artificial que, mediante órdenes acústicas y visuales, ayuda a mejorar la trazada. Empleando 12 sensores ultrasónicos, 13 cámaras, 6 radares y el sistema operativo Pegasus de NVIDIA, analiza el circuito en tiempo real y señala al piloto cuándo debe acelerar y frenar y cómo ha de girar en cada momento. Estará disponible en 2022 y recibirá actualizaciones a distancia.
Rimac Automobili promete que no habrá dos Nevera iguales, ya que cada cliente podrá personalizar el hiperdeportivo a su gusto en las instalaciones del fabricante.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.