Al mencionar una marca checa de automoción, a todo el mundo le vendría a la cabeza inmediatamente Skoda, aunque durante muchos años coexistió en el tiempo con una compañía que era su competencia directa. Su nombre, Praga. Esta exitosa firma de la entonces se fundó en 1907 para fabricar automóviles como una iniciativa del empresario František Ringhoffer.
Como muchas compañías automovilísticas en aquella época, Praga, además de fabricar sus propios automóviles, también suministró motores y cajas de cambios para otros vehículos, como aviones y tanques. Desde entonces, en las factorías de Praga se han desarrollado y fabricado cientos de miles de automóviles, camiones, autobuses, motocicletas, aviones, maquinaria militar y agrícola.
La producción de automóviles se paró en 1947, pero el resto de áreas de negocio continuaron activas. De hecho, el camión V3S, de cinco toneladas, fue utilizado por el ejército checoslovaco durante más de medio siglo. En junio de 2011, la empresa presentó su nuevo coche de carreras Praga R4 y desde entonces se han dedicado a la fabricación de modelos exclusivos para circuito.
El año pasado mostró su primer coche de calle desde 1947, y que ocupa estas líneas. Se denomina Bohema. Un superdeportivo biplaza de gasolina, que, además de ser una bala para circuito, está homologado para la carretera.
El corazón de la bestia
El Praga Bohema es una obra de ingeniería y orfebrería. Se trata de un hipercoche exclusivo, con una sorprendente combinación de ligereza, potencia y aerodinámica. El propulsor está firmado por Nissan, se trata del mismo que monta el GT-R, pero modificado hasta el extremo por la firma británica especialista en motores, Litchfield Engineering.
Han conseguido extraer al motor V6 biturbo de 24 válvulas y 3,8 litros de cubicaje, unos impresionantes 700 CV de potencia máxima. Gracias a su bajo peso —de tan solo 982 kilogramos— le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 306 km/h. La relación peso-potencia es impresionante y arroja 1,40 CV por kilogramo.
Desarrollado en circuito
El Praga Bohema, a pesar de ser un coche homologado para la calle, ha sido evolucionado en las pistas más exigentes: Spa-Francorchamps, Red Bull Ring y Nürburgring. Bajo el asesoramiento y la experiencia de algunos de los grandes pilotos del momento, incluido el piloto de Fórmula 1 e IndyCar Romain Grosjean.
Además de, Ben Collins, que hizo de Stig durante ocho temporadas en la famosa Top Gear de la BBC y que es el actual piloto jefe de pruebas de Praga, y el experimentado piloto de GT, Josef Kral.
En palabras de Grosjean: “Conducir el Bohema es una experiencia sin igual. No recuerdo haber conducido un coche de calle tan parecido a un coche de carreras”.
Primeras entregas
Según ha confirmado la marca, el coche se encuentra en producción desde finales de 2023 y los primeros clientes que recibirán su ejemplar en Europa, lo harán durante el primer semestre de 2024 con especificaciones únicas para el Viejo Continente. Algo más tarde se entregarán las unidades exclusivas para los Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos.
El Praga Bohema se fabricará a mano en cantidades muy reducidas durante los próximos cuatro años. Solo 89 afortunados podrán contar en su garaje con este supercoche. Existen rumores de que la marca lo sustituirá por otro modelo híbrido (motores eléctricos y de gasolina) para hacer frente a las normas anticontaminación de algunas regiones.
Para poder tener un Bohema en propiedad, los propietarios están desembolsando 1,25 millones de euros.
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