El horizonte de la conducción autónoma se muestra cada día más cercano. Los fabricantes de automóviles invierten cantidades ingentes de recursos en la investigación y desarrollo de soluciones que permitan una independencia cada día mayor del vehículo con su conductor. De hecho, algunas de ellas se encuentran ya implementadas en modelos a la venta, con un enorme potencial pero capacidades limitadas por los condicionantes del marco legislativo.
Las tecnologías de conducción asistida podrían ser hoy mucho más operativas aunque es la normativa la que condiciona muchas de sus funcionalidades. Un ejemplo es la Clase E de Mercedes-Benz, que obtuvo una licencia de conducción autónoma en Nevada (EE UU) tan sólo realizando algunas modificaciones en el software de gestión de sus dispositivos. Es decir, el coche podía circular de manera autónoma con su dotación actual, precisando tan sólo para ello la reprogramación de las órdenes que reciben sus diferentes sistemas.
Hasta que llegue el momento en el que realmente el marco legal resulte propicio, los fabricantes ya ofrecen sistemas de asistencia que ayudan de forma significativa a los automovilistas y llevan la seguridad de los vehículos a un nivel superior. Es el caso de mencionado Clase E, que de serie o de forma opcional (dependiendo del dispositivo en concreto) cuenta con recursos cercanos a ese objetivo de la conducción autónoma. Estos son algunos de los más destacables, prácticos e innovadores que se encuentra en toda su gama: berlina, Estate, All-Terrain, Coupé y Cabrio).
Esquiva de peatones
La protección de los peatones es uno de los grandes retos de la industria de la automoción. Quizá algún día los atropellos sean un mal recuerdo porque la combinación de diferentes tecnologías propicia que la identificación de un obstáculo y la ayuda para su esquiva sean más eficaces. En el Clase E, el radar y la cámara estereoscópica permiten reconocer una persona u objeto en la calzada; en ese instante, el conductor podría llegar a decidir que la maniobra más efectiva pasa por evitar una frenada de emergencia por el riesgo de atropello. Si se detecta un giro del volante, el sistema calcula y aplica movimientos adicionales que facilitan la corrección de la deriva del vehículo en el momento de realizar la esquiva.
Evitar las colisiones
El Clase E monta de serie un servofreno de emergencia activo, capaz de mitigar e incluso evitar las colisiones por alcance. Un radar supervisa de forma constante la zona anterior al vehículo y, dependiendo de las condiciones del tráfico y la velocidad, el sistema toma decisiones de asistencia al conductor: advertencias con señales acústicas, incremento de la potencia de frenado si la distancia así lo exige e incluso detenerse por completo de forma autónoma cuando el impacto es ya inminente.
Piloto automático
El paquete opcional DRIVE PILOT va un paso más allá y permite que el conductor se desentienda de algunas de sus tareas habituales: control de la velocidad, distancia de seguridad (aceleración y frenada), mantenimiento de carril hasta los 210 km/h, velocidad adaptada a la señalización… La cámara estereoscópica (doble óptica) situada detrás del parabrisas y los sensores bajo la parrilla del radiador y del paragolpes trasero monitorizan la información de forma permanente y minimizan la intervención humana. Eso sí, el volante debe estar agarrado por el conductor, es posible retirar las manos del mismo como máximo durante 30 segundos, tiempo tras el que el Clase E reclama de nuevo la acción de la persona. Una posibilidad interesante de este sistema es la prevención de accidentes por el desvanecimiento del conductor (por causa médica o simple somnolencia): en caso de no recuperar en el periodo establecido el control del volante, el coche decelera progresivamente con seguridad hasta su total detención, encendiendo las luces de emergencia para avisar al resto de los vehículos. Eso sí, siempre dentro del mismo carril por el que se circulaba.
Cambio de carril
Otra posibilidad del Clase C es el cambio automático de carril en autovía. Al accionar durante más de dos segundos el mando del intermitente, los radares y las cámaras comprueban que la maniobra es posible y el vehículo acciona la dirección para dirigirse al carril contiguo, tanto hacia la derecha como hacia la izquierda. El conductor debe permanecer atento a la circulación para poder abortar el proceso en cualquier instante, para lo que sólo necesita mover el volante en sentido contrario.
Aparcamiento remoto
Además de las funciones ya muy habituales de aparcamiento automático, tanto en línea como en paralelo desde el interior del vehículo, el Clase E permite realizar esta maniobra desde el exterior a través de una aplicación para teléfonos móviles inteligentes. Especialmente concebido para personas con movilidad reducida, esta solución remota es capaz de colocar el coche en una posición que les facilite acceder a su interior en espacios angostos. Desde una distancia máxima de tres metros y mediante conexión Bluetooth, el usuario arranca y mueve el vehículo desde la pantalla de su dispositivo, pudiendo aparcarlo y desaparcarlo tanto en línea como en batería, hacia adelante o hacia atrás. Los sensores de ultrasonido del sistema PARKTRONIC exploran el entorno y regulan la maniobra para realizarla con total seguridad.
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