Son miles los coches que carecen de pantalla central y, por esta razón, sus propietarios usan sus teléfonos móviles para cumplir esta función. No obstante, colocar este dispositivo en el salpicadero puede salir muy caro.
Normalmente, el teléfono se usa como GPS. El problema es que las aplicaciones de navegación consumen mucha energía y calientan en exceso el dispositivo. Esto, unido a la climatización del vehículo, puede convertirse en un enemigo para la batería del móvil.
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Cuando la batería del teléfono empieza a fallar, empieza a depender del cargador en exceso para aguantar encendido. Motivo porque el que conviene cuidar las temperaturas a las que se expone el móvil: tanto las que son muy altas como las que son muy bajas pueden causar daños irreparables en la batería.
La mayoría de los dispositivos que hay en el mercado están equipados con baterías de iones de litio, que son muy sensibles a la temperatura. Según los fabricantes, pueden funcionar en horquilla que va desde los -20 hasta los 45 grados. Eso sí, la temperatura ambiente ideal es de 15 grados.

Cuidado con la climatización
Así las cosas, colocar el móvil en el salpicadero y, más concretamente, en las rejillas de ventilación es perjudicial para el teléfono. Cuando las temperaturas son bajas, por ahí sale el aire caliente que eleva la temperatura del dispositivo. Algo a lo que contribuyen otros factores:
- La temperatura ambiental: tanto en invierno como en verano, cuando el sol y el calor que se acumula en el interior del coche también son perjudiciales para la batería.
- El tipo de soporte: su diseño puede dificultar la disipación del calor, lo que también contribuye al calentamiento.
- Uso del cargador: la batería se calienta cuando se está cargando, igual que ocurre cuando están en marcha las aplicaciones que consumen mucha energía.
Una solución que tiene una cara B
Para evitar que el calor juegue en contra de la batería del móvil, hay quien aconseja, sólo en verano, colocar el teléfono en la rejilla de ventilación. El aire frío puede ayudar a que el teléfono no se caliente en exceso.

Esta solución tiene, eso sí, una cara B porque el frío también afecta negativamente a la batería del móvil. Las bajas temperaturas ralentizas las reacciones químicas internas: esto reduce su eficiencia y capacidad de recarga. El resultado es una descarga más rápida; también le costará más tiempo volver a cargarse.
Por lo tanto, a la hora de usar el móvil como GPS, no es recomendable colocarlo en las rejillas de ventilación. A la larga, se puede traducir en una avería para la batería del móvil: un componente que no es barato cambiar. En su momento, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicó una tabla de precios, aunque siempre dependerá del modelo: en el caso de Apple rondaba los 89 euros y para un modelo de Samsung oscilaba entre los 18 y los 89 euros.
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